Overbooking es una palabra circunscrita, sobretodo, al ámbito turístico. Es habitual escuchar en noticieros y programas de televisión este término, importado del inglés, que se asocia a la pérdida de unas vacaciones planificadas. Pero, ¿qué es el overbooking?
La traducción española significaría “sobreventa”, y se refiere al exceso de venta (en este caso, pasajes de avión, como más común, pero también ocurre con otros medios de transporte u alojamientos) de un determinado servicio, superior al de la capacidad real de la compañía en cuestión.
¿Por qué se produce el overbooking?
Entre las causas más comunes, está la mala gestión realizada por las agencias de viajes, o por el departamento de ventas de la compañía. En el caso de los vuelos, ocurre que, según reza la estadística, un número considerable de clientes que realizan una reserva para realizar un viaje, en el último momento lo cancelan. La compañía aérea, para no perder potenciales clientes, en ocasiones ponen a la venta más plazas de las que realmente pueden ofrecer, por lo que, en el caso de que no cancele el número esperado de personas, tenemos más viajeros que plazas. Esto es overbooking.
¿Qué hacer en el caso de ser víctima del overbooking?
Si la compañía aérea con la que se opera es española o europea, existe un sistema de compensación en el caso de que el viajero se quede en tierra. El turista puede elegir entre el reembolso del pasaje, o el transporte (inmediato o en otras fechas) al lugar de destino. De cualquier manera, el viajero también tiene derecho a exigir una compensación económica por la denegación del embarque: entre 300 y 800 dólares, dependiendo de la distancia a recorrer, que pueden reducirse a la mitad si la compañía traslada al viajero y éste llega a su destino hasta 4 horas (dependiendo de la distancia) más tarde de lo previsto.
Además, si hubiera que pernoctar, el usuario tiene derecho a que le ofrezcan una noche de hotel a cuenta de la compañía, comida y refrescos durante el tiempo de espera, así como la posibilidad de realizar dos llamadas telefónicas, según cita el Centro Europeo del Consumidor en España.
