La Gran Muralla China es uno de esos lugares que parecen sacados de una película épica. Imagina una fortificación que se extiende por montañas, valles y desiertos durante más de 21,000 kilómetros, como una serpiente de piedra que desafía el tiempo. En este sentido, caminar por sus senderos es mucho más que tachar un destino de la lista, ya que se trata de recorrer siglos de historia, entre paisajes impresionantes y una arquitectura que sigue sorprendiendo.
Por lo que, si alguna vez soñaste con visitar un sitio lleno de misterio, leyendas y vistas espectaculares, este es el lugar. Desde Pekín, las secciones más accesibles te permitirán adentrarte en esta maravilla sin complicaciones. Pero no todas las partes de la muralla son iguales, algunas están restauradas y listas para los turistas, mientras que otras ofrecen un recorrido más auténtico y salvaje. En este artículo, te contamos cómo llegar a la Gran Muralla China, qué secciones visitar según tu estilo de viaje y qué necesitas saber para aprovechar la experiencia al máximo. También repasamos su historia y arquitectura, así que prepárate, porque estamos por embarcarnos en un viaje por uno de los sitios más impresionantes del mundo.
¿Cómo llegar a la Gran Muralla China?

La Gran Muralla es enorme, pero hay secciones fáciles de visitar desde Pekín como Badaling, ya que es la más accesible, con trenes y autobuses directos. De hecho, es una opción cómoda, aunque suele estar llena de turistas. Por otro lado, Mutianyu, a unos 80 kilómetros, ofrece vistas increíbles y menos gente, y se puede llegar en autobús o con tours organizados.
Asimismo, Jinshanling es perfecta para quienes buscan un recorrido más auténtico, con tramos menos restaurados y paisajes espectaculares. Para llegar, lo mejor es contratar un transporte privado o un tour.
Historia y propósito de la Gran Muralla
La Gran Muralla China no nació como una estructura única, sino como una serie de fortificaciones independientes construidas por distintos reinos para defenderse de los invasores. Fue en el siglo III a.C., bajo el mandato del emperador Qin Shi Huang, cuando se unieron varios de estos muros para crear una barrera continua contra los pueblos nómadas del norte.
De esta manera, con el paso de los siglos, distintas dinastías reforzaron y ampliaron la muralla. Por un lado, la dinastía Han la extendió hacia el oeste para proteger las rutas comerciales de la seda, mientras que la dinastía Ming (1368-1644) la reconstruyó con ladrillos y piedra, dándole la apariencia que conocemos hoy. Además de su función militar, servía para regular el comercio, cobrar impuestos y controlar el movimiento de personas. Y las torres de vigilancia, ubicadas a lo largo de la muralla, permitían enviar señales de humo o fuego para alertar sobre posibles ataques.
Arquitectura y construcción

La Gran Muralla no es una estructura uniforme, puesto que su diseño varía según la región y la época en que fue construida. De esta manera, en las zonas montañosas, se usaron bloques de piedra para mayor resistencia, mientras que en las llanuras se emplearon ladrillos y tierra compactada.
De igual modo, durante la dinastía Ming, se realizaron importantes mejoras, como la incorporación de parapetos y caminos más anchos para el paso de soldados y caballos. Las torres de vigilancia, ubicadas estratégicamente, permitían monitorear posibles invasiones y comunicarse a través de señales de humo.
Consejos para los visitantes
Recorrer la Gran Muralla China es una experiencia impresionante, pero también puede ser exigente si no se va preparado. El motivo es que algunas secciones tienen pendientes pronunciadas, el clima puede jugar en contra y la falta de servicios en ciertas áreas hace que la planificación sea clave. Para que la visita sea cómoda y disfrutable, aquí tienes varios consejos prácticos que harán la diferencia:

- Elige bien la sección que vas a visitar: No todas las partes de la muralla ofrecen la misma experiencia, por lo que si buscas comodidad y accesibilidad, Badaling es la mejor opción, ya que cuenta con teleférico y caminos restaurados, aunque suele estar llena de visitantes. Igualmente, si prefieres un recorrido menos concurrido, Mutianyu es una gran alternativa, con paisajes hermosos y tramos bien conservados. Para quienes quieren algo más auténtico y desafiante, Jinshanling y Simatai tienen senderos menos restaurados, ideales para el senderismo y la fotografía.
- Evita las estaciones extremas: La mejor época para visitar la muralla es en primavera (abril a junio) y en otoño (septiembre a noviembre). En invierno, las temperaturas pueden ser extremadamente bajas y algunas secciones pueden estar cubiertas de nieve o hielo, lo que hace el recorrido más peligroso. Por otra parte, en verano, el calor es intenso y la humedad puede hacer que la caminata se vuelva agotadora.
- Usa ropa y calzado adecuados: La muralla tiene escalones irregulares y pendientes pronunciadas. Por eso, un buen par de zapatillas de senderismo o deportivas con suela antideslizante es imprescindible. También es recomendable llevar ropa cómoda y por capas, para adaptarse a los cambios de temperatura durante el día.
- Lleva suficiente agua y algo de comida: En muchas partes de la muralla no hay tiendas ni puestos de venta, así que es fundamental llevar una botella de agua para mantenerse hidratado. Y si planeas un recorrido largo, un par de bocadillos o frutas pueden ser útiles para recuperar energía.
- Aprovecha los medios de transporte disponibles: Algunas secciones, como Badaling y Mutianyu, cuentan con teleféricos y toboganes para descender. En este caso, usarlos puede ahorrarte esfuerzo y hacer la visita más divertida. Sin embargo, si prefieres una experiencia más auténtica, caminar todo el trayecto es una opción gratificante.
- Sé respetuoso con el patrimonio: La Gran Muralla es un sitio histórico y frágil en muchas partes, así que no rayes las piedras, no te lleves souvenirs de la muralla y evita salirte de los senderos marcados. Algunas secciones están en ruinas y pueden ser peligrosas si se camina fuera de las áreas permitidas.
- Evita los fines de semana y días festivos chinos: Si puedes, visita la muralla entre semana para evitar aglomeraciones. Durante los días festivos en China, como el Año Nuevo Chino o la Semana Dorada en octubre, la cantidad de turistas puede hacer que la experiencia sea menos placentera.