El Mundial de Rugby 2011 se llevó a cabo en Nueva Zelanda y fue la séptima edición de este prestigioso torneo internacional. Este evento marcó un hito por ser un espectáculo deportivo de gran magnitud y por la intensidad y la competitividad mostrada por los equipos participantes. En este caso, el torneo se llevó a cabo del 9 de septiembre al 23 de octubre de 2011, culminando en una emocionante final que enfrentó a Nueva Zelanda y Francia en el Eden Park de Auckland.

De esta forma, los All Blacks, la selección anfitriona, se consagraron campeones tras un emocionante partido final que terminó 8-7 a su favor. Este resultado significó la segunda vez que Nueva Zelanda se llevaba la Copa Webb Ellis, siendo la primera en 1987, cuando también fue sede del torneo inaugural. Además, este Mundial se destacó por su organización meticulosa y por ser un catalizador de un fervor nacional que unió a todo el país, llevándolo a celebrar a lo grande la victoria de su equipo. De manera que, a lo largo de seis semanas, 20 equipos compitieron en 48 partidos con más de 1.4 millones de asistentes, convirtiéndose en un verdadero festín deportivo que capturó la atención de millones de espectadores en todo el mundo.

Elección de Nueva Zelanda como sede

La elección de Nueva Zelanda como sede del Mundial de Rugby 2011 fue resultado de un proceso competitivo en el que participaron otros candidatos fuertes, como Japón y Sudáfrica. De hecho, durante la reunión de World Rugby en Dublín, el 17 de noviembre de 2005, se llevaron a cabo dos rondas de votación. En la primera ronda, Sudáfrica fue eliminada, dejando a Nueva Zelanda y Japón como las opciones finales. Sin embargo, aunque la candidatura japonesa era considerada la favorita debido a su infraestructura moderna y su promesa de llevar el torneo por primera vez a Asia, la propuesta neozelandesa se impuso gracias al apoyo del gobierno y la pasión por el rugby que caracteriza al país.

Asimismo, el proyecto de Nueva Zelanda fue liderado por la Unión Neozelandesa de Rugby y contó con el respaldo del primer ministro y figuras destacadas del equipo nacional, como el capitán Richie McCaw. Esta sólida presentación convenció a los miembros de World Rugby, quienes eligieron a Nueva Zelanda como sede. No obstante, a pesar de las preocupaciones iniciales sobre la infraestructura y la capacidad de organización, los planes incluyeron mejoras en estadios como Eden Park y la construcción de nuevas instalaciones que demostraron ser clave para el éxito del evento.

De esta manera, la confirmación de Nueva Zelanda como sede fue un motivo de celebración para la nación, que vio en el torneo una oportunidad para mostrar su pasión por el rugby al mundo. Los preparativos y las reformas en estadios generaron empleo y atrajeron la atención internacional, consolidando la reputación de Nueva Zelanda como un país que respira rugby.

Infraestructura y preparativos para el evento

La preparación para el Mundial de Rugby 2011 en Nueva Zelanda implicó una inversión significativa en infraestructura y logística. Para empezar, el Eden Park, el estadio más importante de Auckland, fue renovado para aumentar su capacidad a 60,000 espectadores y cumplir con los estándares exigidos por World Rugby. Estas renovaciones incluyeron mejoras en áreas de asientos, accesos y sistemas de iluminación, lo que aseguró una experiencia óptima tanto para los jugadores como para los aficionados.

Igualmente, otros estadios importantes, como el Forsyth Barr Stadium en Dunedin, fueron construidos específicamente para el evento. Este estadio, conocido también como Otago Stadium durante el torneo, se destacó por su techo retráctil, una novedad en el país, que garantiza la realización de partidos sin interrupciones por condiciones climáticas adversas. Así, la infraestructura se complementó con mejoras en transportes y servicios, fundamentales para manejar el flujo de visitantes y fanáticos internacionales.

El proceso de preparación no estuvo exento de desafíos, ya que el terremoto de Christchurch en 2011 obligó a la organización a reubicar algunos partidos, lo que representó un reto logístico considerable. Sin embargo, la capacidad de adaptación de los organizadores fue notable y permitió que el evento se desarrollara sin mayores contratiempos. De hecho, los beneficios económicos fueron notables, con ingresos sustanciales por venta de entradas, hospedaje y servicios, lo que contribuyó positivamente al PIB del país y dejó un legado duradero de mejor infraestructura deportiva.

Desarrollo del torneo y los equipos participantes

El Mundial de Rugby 2011 contó con la participación de 20 equipos, los cuales fueron divididos en cuatro grupos de cinco selecciones cada uno. De esta forma, los equipos clasificados automáticamente incluían a los tres primeros de cada grupo del torneo de 2007, como Nueva Zelanda, Sudáfrica, Inglaterra y Australia, entre otros. A estos se sumaron los equipos que lograron su pase a través de las fases de clasificación regionales y un play-off, como Georgia, Japón, Rusia y Rumania.

De ahí que, la fase de grupos fue intensa, destacándose partidos emocionantes que definieron el paso a los cuartos de final. En esta línea, Nueva Zelanda dominó su grupo con victorias sólidas, mostrando su superioridad y preparación como anfitrión. Por su parte, Francia sorprendió con su rendimiento, alcanzando la final a pesar de haber sido derrotada en la fase de grupos por los All Blacks. Y equipos como Argentina, que enfrentó a los poderosos All Blacks en cuartos de final, también demostraron un alto nivel de juego.

De esta manera, el torneo avanzó con partidos reñidos y actuaciones destacadas de jugadores como Richie McCaw y Dan Carter, quienes fueron fundamentales para Nueva Zelanda. Por otro lado, la competencia fue el escenario perfecto para que jugadores de otras selecciones, como Vincent Clerc de Francia y Chris Ashton de Inglaterra, dejaran su huella al anotar la mayor cantidad de tries.

Fase final y la gran final entre Nueva Zelanda y Francia

La fase final del Mundial de Rugby 2011 se caracterizó por partidos sumamente competitivos, como los cuartos de final y las semifinales, que ofrecieron encuentros dramáticos, como la ajustada victoria de Francia sobre Gales en semifinales, donde un penal bien ejecutado definió el partido. Nueva Zelanda, por su parte, venció con autoridad a Australia, asegurando su paso a la final en Eden Park, su estadio insignia.

De este modo, el 23 de octubre de 2011, Nueva Zelanda y Francia se enfrentaron en la final, una reedición de la primera final de 1987. Fue un encuentro tenso y de alto nivel, con los All Blacks liderando 5-0 al final del primer tiempo gracias a un try de Tony Woodcock. En su caso, Francia, bajo el liderazgo de Thierry Dusautoir, respondió con un try en la segunda mitad, pero un penal de Piri Weepu y una defensa sólida permitieron que los neozelandeses se mantuvieran al frente. De forma que, el marcador final fue 8-7 a favor de Nueva Zelanda, lo que les aseguró su segundo título mundial.

En consecuencia, esta victoria fue histórica para los All Blacks, quienes rompieron una sequía de 24 años sin levantar la Copa Webb Ellis. Richie McCaw, el capitán, se convirtió en un héroe nacional y el triunfo fue recibido con celebraciones multitudinarias en todo el país, consolidando a Nueva Zelanda como una potencia del rugby.