Enclavada en lo más alto de los Andes peruanos, Machu Picchu se erige majestuosamente como un ícono de la arqueología y la historia, y como uno de los destinos turísticos más fascinantes del mundo. Esta ciudadela antigua de los incas, situada en la región de Cusco, Perú, se encuentra en medio de una impresionante belleza natural, rodeada de montañas cubiertas de vegetación exuberante y cortada por el cañón del río Urubamba.
El nombre «Machu Picchu» se traduce como «Montaña Vieja», y esta denominación en sí misma evoca un misterio y una intriga que han cautivado a viajeros, arqueólogos y aventureros durante décadas. La ciudadela, construida durante el apogeo del Imperio Inca en el siglo XV, se caracteriza por su arquitectura magistralmente diseñada, su intrincado sistema de terrazas agrícolas y su ubicación estratégica en lo alto de una montaña.
Esta maravilla peruana se considera uno de los logros arquitectónicos más destacados de la civilización inca, y su estado de conservación es asombroso. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1983 y nombrada como una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo en 2007, lo que refleja su importancia cultural y su belleza natural.
Machu Picchu no solo es un testimonio de la ingeniería y la habilidad de los incas, sino que también alberga una rica historia y un significado espiritual. Aunque su propósito exacto sigue siendo un misterio, se cree que fue un sitio ceremonial y residencial de gran importancia para la élite inca. Las evidencias arqueológicas sugieren que también podría haber funcionado como un observatorio astronómico.
A lo largo de este artículo, exploraremos en detalle la fascinante historia de Machu Picchu, las opciones de transporte para llegar a este remoto rincón de los Andes, los consejos esenciales para una visita exitosa y las experiencias únicas que te esperan al explorar este sitio arqueológico. Machu Picchu es un lugar que te sumergirá en la grandeza de la cultura inca y te dejará asombrado por su belleza natural, y este artículo te guiará en tu viaje para descubrir esta joya peruana.
Historia y significado: El legado de los antiguos incas
La historia de Machu Picchu, la joya arqueológica de los Andes peruanos, está envuelta en misterio y maravilla. Este sitio impresionante, construido durante el apogeo del Imperio Inca en el siglo XV, ha perdurado a lo largo de los siglos como un testimonio perdurable de la capacidad arquitectónica y la visión de esta civilización antigua.
Machu Picchu fue construida en el siglo XV durante el reinado del noveno emperador inca, Pachacútec. Aunque los detalles precisos de su propósito siguen siendo objeto de debate, se cree que sirvió como un complejo residencial y ceremonial para la élite inca. Su ubicación estratégica, en lo alto de una montaña a unos 2.430 metros sobre el nivel del mar, sugiere que también podría haber tenido un propósito defensivo.
La arquitectura de Machu Picchu es una obra maestra de la ingeniería incaica. Las estructuras están construidas con precisión y encajan perfectamente, sin el uso de mortero. Sus terrazas agrícolas, construidas en niveles escalonados, demuestran un conocimiento avanzado de la agricultura en las altas montañas. El sitio se divide en dos áreas principales, la zona urbana y la agrícola. La zona urbana incluye templos, plazas y viviendas, mientras que la agrícola está compuesta por una intrincada red de terrazas diseñadas para la producción de alimentos. Las estructuras más destacadas incluyen el Templo del Sol, el Intihuatana (un ritual astronómico) y el complejo de la Casa del Inca.
El significado exacto de Machu Picchu sigue siendo un misterio. Algunos expertos creen que pudo haber sido un lugar de adoración y culto a los dioses, mientras que otros argumentan que funcionaba como un retiro real o incluso como un observatorio astronómico. La alineación de algunas estructuras con eventos astronómicos sugiere un posible propósito relacionado con la observación del cielo.
Independientemente de su propósito original, Machu Picchu se ha convertido en un símbolo duradero de la grandeza de la civilización inca y una fuente inagotable de inspiración para viajeros, arqueólogos y amantes de la historia de todo el mundo. Su majestuosidad y misterio continúan atrayendo a visitantes que buscan sumergirse en la historia y la cultura de los antiguos incas en un entorno de belleza natural incomparable.
¿Cómo llegar a Machu Picchu? Rutas y opciones de transporte
Llegar a Machu Picchu, una de las maravillas arqueológicas del mundo, puede ser una aventura emocionante por sí misma. Ubicada en lo alto de los Andes peruanos, esta ciudadela antigua es accesible principalmente a través de rutas escénicas y diversas opciones de transporte que ofrecen una experiencia única para los viajeros. A continuación, te presentamos las principales formas de llegar a Machu Picchu:
- Tren desde Cusco o Ollantaytambo: Una de las opciones más populares es tomar el tren desde Cusco o la estación de Ollantaytambo hasta el pueblo de Aguas Calientes, la puerta de entrada a Machu Picchu. Los trenes ofrecen comodidad y vistas panorámicas de la espectacular geografía andina durante el viaje. Desde Aguas Calientes, puedes tomar un autobús que te llevará a la entrada de Machu Picchu.
- Caminata por el Camino Inca: Para los amantes de la aventura y la historia, el Camino Inca es una opción excepcional. Este antiguo sendero inca te lleva a través de paisajes impresionantes y sitios arqueológicos antes de llegar a Machu Picchu. Sin embargo, ten en cuenta que se requiere reservar con anticipación y el número de visitantes diarios está limitado para preservar el sitio.
- Senderismo por la Ruta Salkantay: Esta ruta de senderismo es una alternativa atractiva para llegar a Machu Picchu. Ofrece una experiencia desafiante y diversa, que incluye caminatas por la montaña, aguas termales naturales y paisajes sorprendentes. Al final del recorrido, llegarás a Aguas Calientes y podrás visitar Machu Picchu.
- Autobús desde Aguas Calientes: Si prefieres evitar las caminatas largas, puedes tomar un autobús desde Aguas Calientes hasta la entrada de Machu Picchu. Estos autobuses funcionan regularmente y ofrecen un viaje cómodo y rápido hasta la cima de la montaña.
- Helicóptero: Para una experiencia realmente exclusiva, algunas compañías ofrecen vuelos en helicóptero que te llevarán directamente a Machu Picchu desde Cusco. Esta opción es más costosa pero ofrece vistas impresionantes y una experiencia única.
Resulta importante destacar que la visita a Machu Picchu requiere una entrada que debe reservarse con anticipación, especialmente si se planea hacer la caminata por el Camino Inca. Además, debido a la alta demanda, se recomienda comprar los boletos de tren o autobús con anticipación para garantizar tu lugar.
Experiencias en Machu Picchu
Explorar Machu Picchu es una experiencia única que transporta a un mundo de maravilla arqueológica y belleza natural en el corazón de los Andes peruanos. Más allá de admirar las ruinas y la arquitectura incaica, este sitio histórico ofrece una serie de experiencias fascinantes que te permitirán conectar de manera más profunda con su legado. Algunas de las experiencias imperdibles en Machu Picchu:
- Recorrido por las ruinas: El recorrido por las ruinas de Machu Picchu es una experiencia en sí misma. Explora sus templos, plazas, terrazas agrícolas y observa de cerca la arquitectura meticulosamente construida por los incas. No te pierdas el Templo del Sol, el Intihuatana (un ritual astronómico) y el impresionante complejo de la Casa del Inca.
- Observación astronómica: Machu Picchu cuenta con características arqueoastronómicas que sugieren un posible uso como observatorio astronómico. Si visitas en el momento adecuado, puedes presenciar el fenómeno del Inti Raymi, una celebración incaica que rinde homenaje al sol.
- Ver llamas en libertad: Estos simpáticos y resistentes animales son una parte integral de la experiencia en Machu Picchu y añaden un toque especial al paisaje y la cultura de la región. Las llamas son una especie de camélidos sudamericanos que han sido domesticados por las culturas andinas durante milenios. En Machu Picchu, puedes encontrar llamas pastando libremente en las áreas verdes que rodean las ruinas.
- Senderismo: Además de la caminata por el Camino Inca, existen otras rutas de senderismo en la zona que te permiten explorar la belleza natural circundante. Camina por el Camino de la Hidroeléctrica o disfruta de una caminata escénica hasta el Puente Inca.
- Vistas panorámicas: Sube al Huayna Picchu o la Montaña Machu Picchu para disfrutar de vistas panorámicas espectaculares de la ciudadela y los paisajes circundantes. Estas cimas ofrecen perspectivas únicas que te dejarán sin aliento.
- Visita al museo Manuel Chávez Ballón: Este museo, ubicado cerca de Aguas Calientes, ofrece una excelente introducción a la historia de Machu Picchu. Exhibe artefactos y exhibiciones que te ayudarán a comprender mejor la cultura inca y el significado de este sitio.
- Aguas termales de Aguas Calientes: Después de un día de exploración, relájate en las aguas termales de Aguas Calientes. Estas piscinas naturales son ideales para descansar y recargar energías.
- Interacción con la comunidad local: Aprovecha la oportunidad de conocer a la comunidad local en Aguas Calientes y aprender sobre sus tradiciones y cultura. Puedes visitar mercados locales y disfrutar de la gastronomía peruana.
El descubrimiento de Machu Picchu
Es notable que Machu Picchu fue llevado primero a la atención del mundo en 1911. Los invasores españoles en el momento de la conquista y durante el dominio colonial, nunca descubierta la ciudad, y nadie les llevó allí, lo que sugiere que el sitio había sido desde hace tiempo oculto y olvidado. En los exploradores del siglo XIX como Eugenia de Sartiges, George Efraín Escudero, Antonio Raimondi y Castelnau nunca llegó a Machu Picchu, aunque la mayoría de ellos cruzaron los Andes hasta las ruinas casi inaccesibles de Choquekirau, construido en lo alto por encima del rio Apurimac. De hecho, el mundo exterior simplemente tropezó con Machu Picchu, para que nunca se había perdido en los que vivían a su alrededor. Esas mismas personas llevaron finalmente el explorador norteamericano Hiram Bingham, y su equipo al sitio en 1911. Hiram Bingham, ahora mundialmente famoso por ser el descubridor de Machu Picchu, inicialmente no viajó a América del Sur para explorar la tierra de los Incas. Este historiador nacido en Hawai educado en la Universidad de Yale y Harvard viajó primero al sur de los Estados Unidos para completar sus estudios del gran liberador del siglo XIX, Simón Bolívar.
Historia del descubrimiento
En diciembre de 1908, Bingham asistió al Primer Congreso Científico Panamericano en Santiago, Chile. Fue allí que decidió seguir la antigua ruta comercial española de Buenos Aires a Lima, y fue con ese fin que viajó a Lima y de ahí a Cusco.
En Cusco Bingham conoció a uno JJ Núñez, entonces prefecto de la región de Apurímac, quien lo invitó en el arduo viaje a las ruinas de Choquekirau, el cual se pensaba era el sitio de Vilcabamba «último lugar de descanso de los Incas». A su regreso a los EE.UU., Bingham decidió organizar otra expedición a Perú. Llegó a Lima en junio de 1911, donde comenzó a estudiar las crónicas de Antonio de la Calancha y Fernando de Montesinos del siglo XVII. Los escritos de estos dos hombres inspiraron a Bingham a buscar las dos últimas capitales del Inca, Vilcabamba y Vitcos. Dejando a Lima en julio de Bingham regresó a Cusco desde donde iba de camino a pie y en mula a través del valle del Urubamba, más allá de Ollantaytambo, y en en la garganta del Urubamba.
Llegada de Bingham y su equipo
El 23 de julio, Bingham y su equipo que lo acompañaba junto al río en un lugar llamado Mandor Pampa, donde despertaron la curiosidad de Melchor Arteaga, un agricultor local que alquiló la tierra allí. A través de sargento Carrasco, el policía que fue su guía e intérprete, Bingham aprendió de Arteaga que había extensas ruinas en la parte superior de la cresta frente al campamento, que Arteaga, en su quechua, llamado Machu Picchu, o «montaña vieja».
Según a Bingham, «La mañana del 24 de julio amaneció en una fría llovizna. Arteaga estremeció y parecía dispuesto a permanecer en su cabaña. me ofrecí a pagar bien si él me mostró las ruinas. él reparos y dijo que era demasiado difícil una subida de un día tan húmedo. Pero cuando descubrió que estaba dispuesto a pagar un sol, tres o cuatro días de salario ordinario, que finalmente de acuerdo en ir. cuando se les preguntó dónde se encontraban las ruinas, que apunta directamente hacia arriba a la parte superior de la montaña. nadie suponía que iban a ser particularmente interesante, y nadie se preocupaba de ir conmigo». Acompañado sólo por Seargeant Carrasco y Arteaga, Bingham abandonó el campamento alrededor de las 10 horas. Después de un corto tiempo el partido cruzó un puente tan desconcertante que el intrépido explorador se redujo a gatear a través de ella sobre sus manos y rodillas. Desde el río subían una cuesta empinada hasta que llegaron a la cresta hacia el mediodía. Aquí Bingham descansaba en una pequeña cabaña donde disfrutaron de la hospitalidad de un grupo de campesinos.
Llegada a Machu Picchu
Le dijeron que habían estado viviendo allí durante unos cuatro años, y explicaron que habían encontrado un amplio sistema de terrazas en cuyo suelo fértil que habían decidido hacer crecer sus cultivos. Bingham fue entonces dijo que las ruinas que buscaba estaban cerca y se le dio una guía, los 11 años de edad Pablito Álvarez, que le llevará allí. Casi inmediatamente, fue recibido por la visión de un amplio alcance de las antiguas terrazas. Ellos fueron más de un centenar y recientemente se habían limpiado de bosques y reactivada. Dirigido por el muchacho, él volvió a entrar en el bosque más allá de las terrazas. Aquí joven Pablito comenzó a revelar a Bingham una serie de paredes de granito blanco que el historiador juzga inmediatamente a ser los mejores ejemplos de mampostería que había visto en su vida. Ellos fueron, de hecho, los restos de lo que hoy llamamos la Tumba Real, el Templo Principal, y el Templo de las Tres Ventanas.