Para quien esté cansado de recorrer calles a pie, visitar museos sin descanso y no saber muy bien como desplazarse de un lugar a otro cuando va de vacaciones, el turismo fluvial es la solución.
El turismo fluvial es una manera distinta para viajar. Esta modalidad surgió en Norfolk Broads, la reserva natural más grande del Reino Unido, donde confluyen seis ríos y más de cuarenta lagos en un lugar mítico. Dada esta red de canales, el barco era la forma más rápida de viajar, y fue de ahí de donde surgió lo que ahora conocemos como turismo fluvial: una manera de pasar nuestras vacaciones descubriendo patrimonios naturales de gran belleza.
Picnics, visitas a iglesias y pesca, actividades del turismo fluvial
Ello no implica que el turismo fluvial se desarrolle, íntegramente, dentro del barco: al contrario, se trata de un turismo azul, ecológico, al aire libre, que permite actividades tales como paseos o senderismo, picnics, pesca, así como una parte cultural que incluye las visitas a las iglesias, castillos y monumentos en general cercanos al cauce.
Destinos de turismo fluvial
Son varios los destinos que causarán las delicias de los amantes del turismo fluvial. En Europa podemos optar por la navegación por el Canal du Midi, o los ríos y canales de Gran Bretaña, Aquitania o Camarga. Se puede hacer la ruta Shannon-Erne en Irlanda o navegar por Venecia hasta llegar a Murano. En Sudamérica podemos viajar por el río Amazonas, cruzando tres países: Brasil, Colombia y Perú.