Cada rincón de Victoria deslumbra por su equilibrio entre elegancia, pasado cultural y paisajes encantadores. Al sur de la isla de Vancouver se encuentra la capital de Columbia Británica, una ciudad tranquila donde reina la calma a pesar de su importancia política. En este destino el ritmo es pausado, las calles están llenas de flores durante gran parte del año y el mar siempre aparece a la vuelta de alguna esquina. Aunque es pequeña en comparación con otras ciudades canadienses, te ofrece una variedad de lugares que merecen ser recorridos con calma y atención.
Sin enbargo, aunque no se trata de un destino turístico tan mediático como Vancouver o Toronto, muchos viajeros que llegan por curiosidad terminan queriendo quedarse más tiempo del que habían planeado. En cada paso aparece un lugar que merece una pausa, desde un castillo de apariencia histórica, hasta museos interactivos o senderos junto al puerto que huelen a mariscos recién cocinados. En este artículo te vamos a contar qué ver en Victoria, enfocándonos en lugares que no puedes dejar pasar: el Inner Harbour, el Parlamento, el Fairmont Empress Hotel, el Royal BC Museum y el castillo de Craigdarroch. Te aseguro que vas a querer conocerlos todos.
Inner Harbour: El corazón marítimo de la ciudad

Inner Harbour es el primer lugar que vas a ver al llegar a Victoria, y también uno de los más animados durante todo el año. En este lugar tienes la oportunidad de caminar junto al agua mientras observas barcos, hidroaviones y kayaks moviéndose constantemente. Aunque se trate de un espacio urbano, el entorno natural siempre está presente con las montañas al fondo y las flores que decoran cada rincón. Además, te encuentras rodeado de arquitectura histórica y vistas abiertas al océano, lo que hace que cada paso tenga algo nuevo para mirar.
Asimismo, durante el día, puedes tomar un tour en barco para explorar la costa o buscar ballenas en mar abierto, actividad muy popular en esta zona. Al caer la tarde, el paseo costero cobra vida con artistas, presentaciones callejeras y luces suaves que transforman el ambiente por completo. Incluso puedes sentarte en una terraza frente al agua y disfrutar mariscos frescos con vista directa al puerto. Todo el movimiento del Inner Harbour ocurre sin que se pierda la tranquilidad que caracteriza a la ciudad.
Parlamento de la Columbia Británica
Frente al Inner Harbour se erige el majestuoso edificio del Parlamento, uno de los símbolos más reconocibles de Victoria. Esta construcción de estilo neobarroco fue inaugurada en 1898 y todavía funciona como sede legislativa de la provincia. Su fachada de piedra, coronada por una cúpula central, impone a cualquier hora del día, pero es especialmente fotogénica cuando se ilumina por completo al anochecer.
De igual forma, el acceso al interior es gratuito y las visitas guiadas te permiten entender cómo funciona el gobierno local mientras caminas por salones elegantes con vitrales, candelabros y galerías de arte. También se ofrece material informativo para que explores por tu cuenta si prefieres ir a tu ritmo. No obstante, aunque se trata de un sitio oficial, el ambiente es muy accesible y está pensado para que cualquier persona pueda aprender sin sentirse fuera de lugar. Además, desde sus escalinatas tienes una de las mejores vistas del puerto, lo cual lo convierte en un punto estratégico para tomar fotos o simplemente sentarte a observar la vida urbana de Victoria.
Fairmont Empress Hotel

El Fairmont Empress Hotel no es simplemente un lugar para dormir, sino una experiencia en sí misma. Este edificio de estilo eduardiano fue inaugurado en 1908 y conserva detalles originales como techos altos, carpintería artesanal y salones amplios con decoración clásica. Ubicado frente al Inner Harbour, su presencia imponente resalta por los muros cubiertos de hiedra y las banderas ondeando en la entrada principal. Pero si no te alojas aquí, puedes entrar libremente para admirar sus interiores, que mantienen un equilibrio perfecto entre historia y elegancia contemporánea.
Igualmente, uno de los atractivos más conocidos es su servicio tradicional de té de la tarde, una costumbre mantenida desde hace más de un siglo. El salón principal se llena de porcelana fina, pastelería hecha a mano y mezclas aromáticas servidas con toda la ceremonia. Además, en el mismo hotel puedes encontrar exposiciones temporales, boutiques de lujo y restaurantes reconocidos por su cocina local.
Royal BC Museum
El Royal BC Museum se encuentra justo al lado del Parlamento y ofrece un recorrido completo por la historia natural y humana de la Columbia Británica. A diferencia de otros museos más convencionales, aquí todo está organizado en espacios inmersivos que reproducen ambientes reales con detalles muy precisos. Puedes caminar por una calle de la época victoriana, entrar a una casa antigua o explorar un bosque lluvioso con sonidos y efectos visuales incluidos.
Además de las colecciones permanentes, el museo ofrece exposiciones temporales que cambian durante el año y suelen abordar temas científicos, culturales o sociales. También puedes visitar el Centro de Archivo y Documentación, donde se conserva una de las bibliotecas más completas de la provincia. El enfoque educativo está muy presente, por lo que incluso si viajas con niños o adolescentes, hay muchas actividades pensadas para mantener su atención activa.
Castillo de Craigdarroch

El castillo de Craigdarroch parece sacado de una novela gótica, con torres puntiagudas, vitrales de colores y un interior cargado de detalles ornamentales. En las postrimerías del siglo XIX, el magnate del carbón Robert Dunsmuir ordenó levantar esta lujosa residencia como reflejo de su riqueza y estatus social. Cada habitación está decorada con muebles de época, alfombras originales y carpintería detallada, lo que te permite hacer un verdadero viaje en el tiempo. Asimismo, subiendo por su escalera de roble, llegas a un mirador desde donde se obtiene una panorámica completa de Victoria y el estrecho de Juan de Fuca.
Por otro lado, este castillo también funaciona como una pieza viva de la historia urbana de Victoria. Las visitas autoguiadas incluyen material explicativo en distintos idiomas y cada sala cuenta con descripciones claras que contextualizan el estilo de vida de la alta sociedad de la época. Incluso se han conservado cartas, retratos y objetos personales de la familia Dunsmuir, lo que aporta una dimensión más íntima a la visita.
