Calasparra, ubicada en el noroeste de la Región de Murcia, es mucho más que un municipio agrícola. Este lugar, rodeado por montañas, ríos y parajes naturales sorprendentes, es una localidad que ha sabido conservar su autenticidad y su belleza rural. Su fama no solo se debe al arroz con Denominación de Origen que lleva su nombre, haciendo que sea un sitio perfecto para comer cerca de Murcia sino también a sus paisajes, cuevas prehistóricas y santuarios tallados en roca.
En este sentido, tiene una oferta turística que combina lo espiritual, lo natural y lo gastronómico. Por tanto, es sin duda una parada obligatoria para quienes buscan una escapada diferente en el sureste español. La variedad de experiencias que ofrece Calasparra es perfecta para los amantes del turismo activo, la historia, la cultura religiosa y la buena mesa.

En este recorrido por Calasparra, vamos a descubrir sus lugares más emblemáticos, las actividades que no perderse y cómo disfrutar de su producto estrella: el arroz. Esta ruta está pensada para conectar con la esencia de esta tierra murciana, respirar aire puro y saborear lo auténtico.
Naturaleza en estado puro – El cañón de Almadenes y la cueva del Puerto

Uno de los mayores atractivos naturales de Calasparra es el imponente Cañón de Almadenes, un desfiladero esculpido por el río Segura a lo largo de siglos. Este enclave, declarado Lugar de Interés Comunitario, ofrece una experiencia visual única gracias a sus paredes verticales, su vegetación autóctona y la posibilidad de realizar rutas de senderismo y descenso en piragua por aguas tranquilas. La riqueza natural se completa con la presencia de especies protegidas, como la nutria o el búho real, que encuentran en este cañón su refugio.
Muy cerca se encuentra la Cueva del Puerto, otro tesoro escondido bajo tierra. Esta cueva, con más de 14 kilómetros de galerías exploradas, es considerada una de las cavidades más extensas de la Región de Murcia. Su recorrido turístico permite adentrarse en un mundo de estalactitas, estalagmitas y formaciones rocosas que parecen sacadas de un cuento fantástico. Una visita imprescindible para quienes deseen combinar aventura, geología y belleza natural en su viaje.
El Santuario de la Virgen de la Esperanza
Por otro lado, uno de los lugares más visitados de Calasparra es el Santuario de la Virgen de la Esperanza, enclavado en un paraje natural junto al río Segura. Su principal peculiaridad es estar excavado en la roca, lo que le da una atmósfera íntima y mística. Por ello, es lugar de peregrinación y devoción no solo para los calasparreños, sino también para miles de visitantes que acuden cada año atraídos por la fe, la belleza del entorno o la curiosidad arquitectónica.
El acceso al santuario se realiza por una zona escénica flanqueada por vegetación y vistas al valle. Al llegar, sorprende el contraste entre la austeridad del exterior y la riqueza simbólica del interior. Las imágenes religiosas, las velas encendidas y el silencio invitan a la contemplación y la introspección. Además de su función religiosa, el santuario alberga diversas celebraciones y actividades culturales a lo largo del año, como la Romería de la Esperanza en septiembre.
Actividades para todos – Piragüismo, rutas y turismo familiar
Calasparra no solo se recorre a pie o en coche, también se puede explorar desde el agua. El tramo del río Segura que atraviesa el Cañón de Almadenes es perfecto para el piragüismo, con empresas locales que organizan descensos que permiten disfrutar del paisaje a ritmo lento y sin necesidad de experiencia previa.

Además, el entorno natural de Calasparra ofrece varias rutas de senderismo para diferentes niveles de dificultad. Algunas atraviesan olivares, otras bordean acequias, y otras conectan puntos de interés como el castillo de San Juan, el embalse del Argos o diferentes miradores naturales. En cualquier caso, es una oportunidad para conocer la diversidad del paisaje murciano más allá del litoral.
El arroz de Calasparra: Historia, cultivo y sabor en cada plato

No obstante, por encima de todo, hablar de Calasparra es hablar de arroz. Este municipio es uno de los pocos de España con Denominación de Origen Protegida para su arroz, gracias a unas condiciones de cultivo singulares y una tradición agrícola que se remonta al siglo XVII. Cultivado en bancales regados por aguas limpias del río Segura y sus afluentes, el arroz de Calasparra es conocido por su textura firme, su capacidad de absorción y su sabor característico.
Los visitantes pueden aprender sobre este producto estrella en diversas fincas arroceras que ofrecen visitas, especialmente en época de cosecha. En ellas se explica el ciclo del arroz, desde la siembra hasta el secado, y se muestra cómo se mantiene una producción respetuosa con el medio ambiente. También se pueden adquirir variedades como el arroz bomba o el ecológico directamente de los productores locales, lo que garantiza calidad y frescura.
Asimismo, otro modo de cerrar cualquier ruta por Calasparra es sentarse en un restaurante a disfrutar de un arroz. Los restaurantes de la zona han sabido mantener la tradición sin renunciar a la innovación. Por ello, en Calasparra el arroz no es solo comida, es cultura, identidad y motivo de orgullo.