Cuando llega la época de vacaciones es posible que no dispongamos de todo el dinero efectivo necesario para hacer frente a cualquier eventualidad, siendo conveniente llevar siempre tener más dinero del que se va a gastar por cualquier imprevisto que pueda surgir. En la época de verano, momento del año en el que más personas viajan, los precios tienden a subir en los alojamientos, las actividades de ocio, los establecimientos de restauración, etc. Si bien es cierto que llevar una economía sostenible en nuestras casas es vital para poder irnos de vacaciones con tranquilidad, también es muy cierto que prevenir es mejor curar.

Por ello, antes de viajar puede ser recomendable solicitar préstamos con asnef, una manera de tener liquidez de un modo rápido, sencillo y eficaz. Los trámites de los microcréditos personales rápidos son excesivamente rápidos, pudiendo disponer de hasta 750€ que se devolverán en plazos que llegan hasta los 30 días. En este artículo, hablaremos en profundidad de los motivos principales para pedir un microcrédito para irnos de vacaciones, cuáles son sus funciones y como se utilizan.

¿Por qué pedir un microcrédito para irnos de vacaciones?

En primer lugar, al hablar de microcrédito debemos saber que se trata de una cantidad pequeña de dinero que vamos a solicitar de modo directo, buscando financiar a corto plazo un determinado servicio o producto. La principal ventaja de los microcréditos es su baja, incluso nula, tasa de interés, ya que, al ser créditos que se devuelven rápidamente, se busca una solicitud simple, una respuesta sencillo, y, una transacción efectiva.

Una vez que conocemos como funcionan estos microcréditos vacacionales, debemos estudiar los motivos principales para pedir un microcrédito en lugar de otro servicio de financiación. Como es lógico, las vacaciones son necesarias, adaptables y con infinitas posibilidades, pero, no son un bien imprescindible. Por ello, cada persona debe seleccionar unas vacaciones acordes a su capacidades económicas, pudiendo optar por turismo nacional, internacional, destinos rurales, grandes ciudades, playa, montaña, etc. Lo que hay que tener claro es que, teniendo en cuenta dichas capacidades económicas, dependiendo del momento del mes, podemos no disponer del suficiente efectivo para viajar, siendo posible pedir un microcrédito que se puede devolver en 30 días, con los ingresos adicionales del siguiente mes.

Disponer de efectivo en caso de eventualidades

Por otro lado, aún disponiendo del capital necesario para irnos de viaje, siempre se recomienda tener más dinero para cualquier problema que pueda surgir en el proceso: un accidente, una multa, una pérdida de un vuelo o cualquier eventualidad fuera de lo común. Para contrarrestar esto, un microcrédito con el que disponer de una cantidad de dinero adicional en caso de que surja algún problema es interesante.

En determinadas ocasiones, ciertos amigos y familiares nos encargan comprar un determinado producto del lugar al que vamos de vacaciones. Lo más recomendable en estos casos es solicitar el dinero por adelantado, pero, en el caso de no hacerlo, tener a disposición un microcrédito es una solución válida para hacer frente a este coste adicional de las vacaciones, el cuál se recuperará al volver de viaje. Como se puede ver, no es solamente cuanto cuesta viajar, si no también, los problemas derivados que pueden surgir de un viaje.

¿Y los establecimientos?

Cuando hablamos de un microcrédito para las vacaciones pensamos únicamente en los viajes que vamos a realizar, subsanando los gastos de alojamiento, comida, actividades, entradas a monumentos y museos, etc. No obstante, los microcréditos son también una solución interesante para los propios establecimientos vacacionales que buscan financiarse a corto plazo para aumentar las ventas en la temporada alta.

Los locales de restauración, los centros de ocio y los alojamientos pueden solicitar un microcrédito en el período previo del verano, la Semana Santa o la Navidad para crear una campaña, con el objetivo de aumentar las reservas de su negocio. Este tipo de financiación es un win-win para la empresa, buscando maximizar los beneficios. En primer lugar, un establecimiento que se nutre del periodo vacacional puede no disponer de un remanente para preparar una campaña potente antes de las vacaciones, y, en este caso, al no hacer publicidad, no llegará a tantos clientes potenciales, haciendo que no tenga tantos ingresos en su temporada alta. Si esto se repite en el tiempo, será la pescadilla que se muerde la cola, siendo incapaz de posicionarse en el mercado. No obstante, si el negocio dispone de un anticipo de dinero con el que invertir, podrá aumentar los ingresos, haciendo frente al pago del microcrédito durante la época de mayores ventas, consiguiendo aumentar el número de clientes, y, generando más ingresos. Al final, esta forma de financiación se puede convertir en recurrente para el negocio, viendo que invertir «x» produce «3x».