Salamanca, una ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es conocida por su impresionante patrimonio histórico y cultural. Aunque es habitual pasar varios días explorando sus maravillas, también es posible disfrutar de los puntos más emblemáticos de la ciudad en una visita rápida de un día. De este modo, esta ciudad, con su legado medieval y renacentista, ofrece una mezcla única de arquitectura monumental, calles adoquinadas y una atmósfera vibrante gracias a su conocida universidad.

La historia de Salamanca se remonta a tiempos prehistóricos, aunque fue con la llegada de los romanos cuando comenzó a consolidarse como una ciudad importante. Conocida en la antigüedad como Helmántica, Salamanca fue un punto estratégico en las rutas comerciales romanas. Tras la caída del Imperio Romano, la ciudad sufrió varias invasiones, primero por los visigodos y más tarde por los musulmanes. El verdadero auge de Salamanca llegó en el siglo XIII con la fundación de su prestigiosa universidad. La Universidad de Salamanca se convirtió en un centro intelectual de renombre internacional, atrayendo a estudiantes y eruditos de todo el continente.

En el Renacimiento, la ciudad alcanzó su máximo esplendor, consolidándose como un referente cultural y académico. Sin embargo, en los siglos siguientes, la ciudad sufrió un declive económico y político, en parte debido a la Guerra de la Independencia contra los franceses. Hoy en día, Salamanca y su legado histórico y cultural sigue atrayendo a miles de visitantes cada año para descubrir sus joyas históricas.

Este artículo sirve como guía para descubrir los lugares imprescindibles que ver si solo se tiene un día para explorar la ciudad de Salamanca. Además, en caso de querer aprovechar al máximo la visita, se deberá hacer un descanso para degustar la rica gastronomía castellana en alguno de los restaurantes donde comer en Salamanca barato. Plataformas como Mochileros por el mundo buscan promover estos lugares en los que mejor se come en la ciudad. A continuación, vamos a repasar los imperdibles de Salamanca en una jornada llena de historia y tradición.

Plaza Mayor, el corazón de Salamanca

El recorrido en Salamanca debe comenzar en la Plaza Mayor, el verdadero corazón de la ciudad y uno de los conjuntos arquitectónicos barrocos más impresionantes de España. Esta plaza fue construida en el siglo XVIII y es el lugar perfecto para iniciar cualquier visita a la ciudad, destacando por su planta cuadrada rodeada de edificios con arcos y balcones.

En esta plaza es posible detenerse en una de las muchas terrazas para disfrutar de un café mientras se observa el bullicio de la ciudad. Además de su valor arquitectónico, la plaza Mayor de Salamanca alberga importantes eventos culturales y festividades, lo que la convierte en un punto de encuentro tanto para turistas como para los residentes. Asimismo, se recomienda visitar el Ayuntamiento de Salamanca, ubicado en uno de los lados de la plaza, y, descubrir los medallones de figuras históricas que decoran los arcos.

La Universidad de Salamanca

Tras visitar la Plaza Mayor, hay que dirigirse a la Universidad de Salamanca, una de las más antiguas del mundo, fundada en 1218. Su fama no solo reside en su antigüedad, sino también en la belleza de su arquitectura, particularmente en su fachada plateresca. En este lugar, es un ritual intentar encontrar la famosa «rana» esculpida en la fachada, un pequeño símbolo que se ha convertido en un amuleto de buena suerte para los estudiantes.

La universidad de Salamanca fue un centro de saber en la Edad Media y ha mantenido su reputación a lo largo de los siglos. En ella, personalidades ilustres como Miguel de Unamuno han formado parte de su historia. Durante la visita, se recomienda explorar la escuela Mayor y su biblioteca histórica, donde sentir el peso de los siglos de conocimiento acumulado en sus muros. En la actualidad, la universidad de Salamanca sigue manteniendo su fama y prestigio, atrayendo a estudiantes de todas partes de España, Europa y el mundo, con uno de los programas Erasmus más importantes del viejo continente.

Catedral Nueva vs Catedral Vieja

Justo al lado de la Universidad, se encuentran las dos catedrales de Salamanca: la Catedral Vieja y la Catedral Nueva. La Catedral Vieja, construida en los siglos XII y XIII, es un impresionante ejemplo del estilo románico, con su característica cúpula conocida como «la torre del gallo». En su interior, destaca por los frescos medievales que atesora, así como por el magnífico Retablo Mayor, dedicado a la Virgen María.

Por otro lado, la Catedral Nueva, adosada a la Vieja, fue construida entre los siglos XVI y XVIII, mostrando una combinación de estilos que fusiona el gótico tardío, el renacentista y el barroco. La fachada exterior es impresionante, y, como sucede en al universidad, muchos turistas se entretienen buscando un astronauta esculpido entre sus ornamentos, un curioso anacronismo que parece inverosímil. En este punto es recomendable hacer una parada en alguno de los sitios recomendados por la web de viajes de Mochileros en el mundo, para comer algo y continuar con la visita.

Casa de las conchas

A unos pasos de la catedral, se encuentra la Casa de las Conchas, un edificio renacentista del siglo XV famoso por las conchas que decoran su fachada, símbolo de la Orden de Santiago. El edificio alberga hoy una biblioteca pública, pero su arquitectura y el simbolismo de las conchas lo convierten en uno de los puntos más interesantes para visitar.

La casa de las Conchas de Salamanca es un excelente ejemplo del estilo gótico civil, con detalles renacentistas que añaden carácter a su construcción. En su interior, el patio central también es digno de admiración, destacando sobremanera por su particular galería de arcos. Este edificio es uno de los más fotografiados de Salamanca y un testimonio de la riqueza y poder de las familias nobles en la época medieval.

El puente romano de Salamanca

Para terminar la visita de un día en Salamanca, se debe visitar el Puente Romano de la ciudad, que ofrece unas vistas magníficas del río Tormes con la ciudad de fondo. Este puente, construido en el siglo I d.C. bajo el mandato del emperador Trajano, es una de las estructuras más antiguas de Salamanca y uno de los mejores ejemplos de la ingeniería romana en la península ibérica.

El puente ha sido testigo del paso de los siglos y sigue siendo una conexión entre el casco antiguo y el resto de la ciudad. Por ello, pasear por encima del puente dará la oportunidad de contemplar la grandeza de Salamanca desde una perspectiva diferente. Además, es un lugar perfecto para tomar fotografías panorámicas durante el atardecer, y, disfrutar de la tranquilidad del río.