Salvador de Bahía, conocida simplemente como Salvador, es una de las ciudades más bellas y culturalmente ricas de Brasil, fundada en 1549 se convirtió en la primera capital del país y, hasta el día de hoy, conserva un legado histórico fascinante. Este destino es un lugar donde la historia, la arquitectura colonial y las profundas raíces africanas se encuentran en cada rincón. La ciudad de Salvador es famosa por su colorido centro histórico, Pelourinho, que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, así como por su papel clave en la historia de Brasil, especialmente en la llegada y establecimiento de los esclavos africanos, lo que la convierte en la cuna de la cultura afrobrasileña.

Una de las curiosidades más llamativas de Salvador es su carnaval, considerado uno de los más grandes y animados de todo el mundo, ya que cada año millones de personas se congregan en sus calles para disfrutar de días enteros de música, danza y celebraciones. Sin embargo, la fiesta no es lo único que destaca, pues su gastronomía también es un importante atractivo con excelente reputación, pues la cocina bahiana es una explosión de sabores, con platos como el “acarajé” y la “moqueca”, que combinan ingredientes africanos y brasileños, logrando un deleite único para los visitantes y dejando en claro que probar la comida local es una experiencia que no debe faltar en la agenda de cualquier viajero.

Para los amantes de las actividades culturales, Salvador ofrece una variedad inigualable, ya que los viajeros pueden disfrutar de las danzas tradicionales como la capoeira, una mezcla de arte marcial y baile que, de hecho, se originó aquí, o visitar sus múltiples museos o galerías que celebran la cultura africana. Salvador también tiene iglesias barrocas impresionantes, así como una vida nocturna animada, donde la música en vivo, principalmente el samba y el axé, forman parte de la rutina diaria de la ciudad. Cada esquina ofrece una experiencia cultural, haciendo que cada día en Salvador sea una nueva aventura para el turista. En este artículo, hablaremos con más detalle sobre los mejores lugares turísticos qué ver en Salvador, así como las actividades para hacer en esta histórica ciudad de Brasil.

Pelourinho

Pelourinho, ubicado en el centro de Salvador de Bahía, es el barrio histórico más emblemático de la ciudad y uno de los mayores atractivos turísticos de todo Brasil, pues este colorido conjunto de calles adoquinadas, casas coloniales y plazas es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1985. Su nombre proviene del pilar o «pelourinho» que una vez se utilizó para castigar a los esclavos, un peculiar recordatorio del pasado colonial de Brasil, sin embargo, hoy en día, el barrio se ha transformado en un importante centro cultural y artístico. Situado en la Ciudad Alta, Pelourinho es fácilmente accesible desde otras partes de Salvador, siendo un punto de partida perfecto para cualquier visitante interesado en la historia y la arquitectura de esta región del mundo.

Además de sus atractivos visuales, Pelourinho es una enorme oferta de actividades culturales, pues cada martes, por ejemplo, las calles cobran vida con el sonido de los tambores del grupo Olodum, un renombrado colectivo de música afrobrasileña. Aquí también se puede disfrutar de espectáculos de capoeira, una tradición local que combina baile, música y artes marciales. Para los amantes de la historia, la Iglesia de San Francisco, con su lujoso interior bañado en oro, es una parada que no puede faltar durante el recorrido, incluso a lo largo de las calles, los turistas también encontrarán galerías de arte, tiendas de artesanías y restaurantes que sirven especialidades bahianas como el “acarajé”. La combinación de cultura, historia y entretenimiento hacen de Pelourinho una experiencia imperdible durante el viaje por la ciudad de Salvador, Brasil.

Praia Farol da Barra

Praia Farol da Barra, ubicada en el extremo sur de Salvador, es una de las playas más populares de esta ciudad, siendo un excelente punto para disfrutar del sol y el mar, además de estar impregnado de historia, dominada por el imponente faro que le da nombre. El Faro da Barra se alza sobre el fuerte de Santo Antônio da Barra, una estructura construida en el siglo XVI para defender la ciudad de ataques en aquel entonces. Este faro es uno de los más antiguos de América y ofrece unas vistas panorámicas espectaculares del océano Atlántico, así como de la bahía de Todos los Santos. Los visitantes pueden recorrer el museo marítimo que se encuentra dentro del fuerte, donde se exhiben artefactos históricos, como antiguos mapas y maquetas de barcos.

Además de su riqueza histórica, Praia Farol da Barra es un destino perfecto para quienes buscan relajarse o disfrutar de actividades acuáticas, pues las aguas tranquilas de la bahía son perfectas para nadar, practicar snorkel o stand-up paddle, mientras que la amplia franja de arena invita a tomar el sol o jugar al fútbol de playa. Al caer la tarde, este lugar se convierte en uno de los mejores puntos para contemplar la puesta de sol en Salvador, una experiencia que atrae tanto a locales como a turistas. Cerca de la playa, también se pueden encontrar bares y restaurantes donde es posible degustar platillos bahianos mientras se disfruta del ambiente costero. Sin duda, Praia Farol da Barra es una parada obligatoria para quienes visitan Salvador en busca de una combinación de historia, naturaleza y entretenimiento.

Elevator Lacerda

El Elevator Lacerda o “Elevador Lacerda” es uno de los símbolos más icónicos de Salvador de Bahía, y una parada obligatoria para todo visitante, ubicado en pleno centro de la ciudad, este elevador conecta la Ciudad Alta, donde se encuentran el Pelourinho y otros puntos históricos de gran interés con la Ciudad Baja, una zona más comercial que incluye el Mercado Modelo y el puerto. Inaugurado en 1873, el Elevador Lacerda fue en su momento una obra pionera de la ingeniería brasileña, siendo el primer elevador urbano del mundo, aunque a lo largo de los años ha sido modernizado, pero tanto su función como su relevancia cultural siguen intactas. Cada día, transporta miles de personas entre las dos partes de la ciudad, ofreciendo además unas vistas impresionantes de la bahía de Todos los Santos.

Una de las principales recomendaciones al visitar el Elevador Lacerda es aprovechar su mirador, que ofrece una panorámica de la bahía y del Mercado Modelo, un lugar perfecto para tomar fotos y disfrutar de la brisa marina. El costo del viaje en el elevador es simbólico, lo que lo convierte en una atracción accesible para todos. Una vez en la Ciudad Baja, los turistas pueden explorar el Mercado Modelo, famoso por sus artesanías y productos locales, por lo que también es recomendable dar un paseo por la orilla del puerto o disfrutar de un almuerzo en los restaurantes cercanos que ofrecen especialidades de la cocina bahiana. El Elevador Lacerda no solo es un medio de transporte práctico, sino también una experiencia cultural en sí misma, que conecta la historia y el presente de Salvador de manera única, por lo que es una parada imprescindible durante el viaje por esta ciudad brasileña.

Mercado Modelo

El Mercado Modelo, ubicado en la Ciudad Baja de Salvador, específicamente frente al puerto y a unos pasos del Elevador Lacerda, es uno de los centros comerciales y culturales más emblemáticos de toda la ciudad. Inaugurado en 1912, inicialmente funcionó como mercado de abastecimiento y con el tiempo se transformó en el principal punto de venta tanto de artesanías como de productos locales. El edificio, de estilo neoclásico, ha sido restaurado varias veces, pero su carácter histórico sigue siendo evidente, pues en su interior alberga más de 250 tiendas, las cuales ofrecen desde artesanías en madera y cuero hasta joyas de plata y productos típicos de Bahía, como las famosas “cachaças”, así como diversas especias locales. Sin duda, este es un lugar perfecto para encontrar recuerdos y sumergirse en la cultura local.

Además de las compras, el Mercado Modelo ofrece una experiencia única para quienes buscan conocer más sobre las tradiciones y costumbres de Salvador, por lo que una recomendación es explorar los pisos inferiores, donde antiguamente se encontraban los calabozos de esclavos, un recordatorio del oscuro pasado colonial de Brasil, aunque hoy en día, este espacio se ha convertido en una zona cultural con exposiciones y eventos ocasionales. También es altamente recomendable disfrutar de un almuerzo en uno de los restaurantes que rodean el mercado, donde se sirven platos tradicionales como la “moqueca” y el “acarajé”, acompañados de vistas espectaculares al puerto. Los fines de semana, es común encontrar músicos y bailarines callejeros, añadiendo un toque de alegría y autenticidad a la experiencia en este icónico mercado de Salvador que no puede dejar de ser visitado.

Iglesia de San Francisco

La Iglesia de San Francisco, ubicada en el corazón del barrio de Pelourinho en Salvador de Bahía, es una de las joyas más impresionantes del barroco brasileño, construida en el siglo XVIII, se ha destacado por su hermoso interior, recubierto en su mayoría con oro, lo que le ha valido el apodo de «la iglesia dorada.» Aunque su exterior puede parecer sobrio, al cruzar las puertas los visitantes son recibidos por un deslumbrante despliegue de detalles artísticos como techos decorados con frescos, tallados en madera dorada y azulejos portugueses que narran escenas religiosas e incluso mitológicas, por lo que esta iglesia es un testimonio de la riqueza y poder de la orden franciscana durante la época colonial.

Una de las principales recomendaciones al visitar la Iglesia de San Francisco es tomarse el tiempo necesario para apreciar su impresionante arte sacro, ya que la iglesia alberga una valiosa colección de pinturas y esculturas que representan momentos clave de la historia religiosa. Los turistas también pueden explorar el claustro adyacente, decorado con azulejos que cuentan historias bíblicas y temas del Nuevo Mundo. Como curiosidad, la iglesia fue restaurada tras los daños causados por los saqueos durante la invasión holandesa en el siglo XVII, un evento histórico que marcó la ciudad. Además, cerca de la iglesia se encuentran tiendas de artesanías y cafés, lo que la convierte en una parada perfecta para combinar historia, cultura y momento importante de relax. Sin duda, es un lugar imperdible para quienes desean conocer el legado colonial y religioso de la hermosa ciudad de Salvador, Brasil.