Tabarca, la isla más grande de la Comunidad Valenciana y la única habitada, es un auténtico paraíso mediterráneo a solo unos kilómetros de la costa de Alicante. Esta isla, con un tamaño reducido pero con un encanto inmenso, ofrece a los visitantes la oportunidad de desconectar del ajetreo de la vida cotidiana. Su ambiente relajado, sus aguas cristalinas y su rica historia hacen de Tabarca un destino ideal para aquellos que buscan disfrutar de la tranquilidad en un entorno natural privilegiado.
Aunque pequeña en extensión, la isla de Tabarca cuenta con una biodiversidad marina extraordinaria, lo que la ha convertido en la primera reserva marina de España. Esta distinción atrae tanto a los amantes de la naturaleza como a los aficionados al snorkel y al buceo, que pueden explorar sus aguas transparentes y descubrir la vida submarina en su estado más puro. A lo largo de este artículo, mostraremos cómo Tabarca es mucho más que un destino turístico, convirtiéndose en un lugar perfecto para desconectar, relajarse y disfrutar del Mediterráneo en su máxima expresión.
¿Cómo llegar a Tabarca?
Tabarca es fácilmente accesible desde varias ciudades costeras de la provincia de Alicante, y, como no puede ser de otra manera, la mejor forma de llegar es en barco. Desde Santa Pola, el trayecto en barco es el más corto, con una duración aproximada de 20 a 30 minutos. Varias compañías ofrecen servicios regulares de ferry y excursiones diarias desde el puerto de Santa Pola, con horarios frecuentes durante los meses de verano.
En caso de encontrarse en la ciudad de Alicante, también hay servicios de ferry que parten desde el puerto, aunque el trayecto es un poco más largo, de prácticamente una hora. Las excursiones desde Alicante a menudo incluyen opciones para pasar el día en la isla, con tiempo para disfrutar de sus playas y probar la gastronomía local. Otra opción popular es Benidorm, donde se ofrecen excursiones organizadas, aunque es más habitual viajar hasta Alicante o Santa Pola para tomar el barco desde allí. Desde cualquiera de estos puntos, llegar a Tabarca es una experiencia agradable en sí misma, con la oportunidad de admirar el azul intenso del mar Mediterráneo durante el trayecto.
Playas y calas de ensueño para relajarse
Uno de los mayores atractivos de Tabarca son sus playas y calas. La playa de Tabarca, situada en la parte oriental de la isla, es el lugar ideal para disfrutar de un día soleado en la orilla del mar. Esta playa de aguas cristalinas y poco profundas es perfecta para familias, gracias a su seguridad y fácil acceso, contando con una amplia extensión de arena dorada y un oleaje suave, que invitan a relajarse bajo el sol y disfrutar de la belleza del Mediterráneo.
Para quienes buscan más privacidad, las pequeñas calas que rodean la isla son opciones fantásticas. Estas calas, como las calas del Birros y la Guardia o la cala Menaca ofrecen una experiencia más íntima y tranquila, siendo perfectas para quienes desean escapar de las multitudes. En estas zonas, el paisaje rocoso se fusiona con el azul profundo del mar, creando un entorno espectacular para nadar o simplemente disfrutar del paisaje.
Además, las aguas alrededor de la isla son ideales para practicar snorkel y buceo, ya que su reserva marina alberga una rica biodiversidad. De esta forma, sumergirse en estas aguas permitirá ver de cerca la vida marina, con multitud de peces de colores y amplias praderas submarinas de posidonia oceánica. Asimismo, las empresas de la isla permiten realizar otras actividades, tales como excursiones en barco, alquileres de kayak o recorridos con motos de agua.
Un paseo por el casco antiguo
Tabarca no solo es un paraíso natural, sino también un lugar lleno de historia y cultura. Su pequeño y encantador casco antiguo invita a los visitantes a recorrer calles estrechas rodeadas de casas de estilo mediterráneo, que cuentan con fachadas blancas y ventanas adornadas con coloridas flores. Uno de los puntos más emblemáticos de este casco antiguo es la iglesia de San Pedro y San Pablo, una construcción barroca del siglo XVIII que se levanta en el corazón de la isla.
Durante el paseo, también se pueden recorrer las murallas que rodean el pueblo, construidas en el siglo XVIII para proteger a la población de los ataques de los piratas berberiscos. Estas murallas, declaradas Bien de Interés Cultural, ofrecen una visión del pasado militar de la isla y son perfectas para disfrutar de vistas panorámicas al mar desde sus baluartes. En los últimos años se han llevado obras de restauración, principalmente en sus tres puertas, la de San Rafael, la de San Gabriel y la de San Miguel.
Gastronomía mediterránea
Ninguna visita a Tabarca estaría completa sin degustar su gastronomía local, que se basa en los productos frescos del mar. Uno de los platos más tradicionales y famosos de la isla es el caldero tabarquino, un combinado de pescado con arroz que combina los sabores del Mediterráneo en un plato sencillo pero delicioso. Este plato, al igual que muchos otros, se pueden probar en los pequeños restaurantes que rodean la playa principal.
En general, los restaurantes de la isla ofrecen menús típicos mediterráneos, en los que el pescado y el marisco son los protagonistas. La mayoría de estos locales están situados junto al mar, lo que permite disfrutar de una comida deliciosa con vistas impresionantes del Mediterráneo. Después de una larga jornada de exploración, sentarse a la mesa en uno de estos restaurantes es la forma perfecta de desconectar y saborear los auténticos sabores de la isla.