Cuando se piensa en Palencia, es común que la atención se centre en su capital, una ciudad tranquila con bastantes iglesias que sorprende a quien la visita, a pesar de no ser una gran urbe turística. Sin embargo, la provincia también alberga un patrimonio natural, artístico y cultural que merece una escapada con calma. Lejos de Palencia capital, esta provincia guarda pueblos históricos, paisajes infinitos, piscinas naturales Palencia y rutas poco masificadas que enamoran por su autenticidad. Es una tierra de campos infinitos, montañas, ríos y templos románicos.

De esta manera, viajar por la provincia de Palencia es descubrir otra cara de Castilla y León, una más tranquila y menos transitada, pero no por ello menos interesante. La montaña Palentina, los valles del Cerrato, las huellas del Camino de Santiago y el legado románico más extenso de Europa son alguno de los regalos que ofrece esta tierra llena de variedad de destinos que sorprenden a cada paso. Lo mejor de todo, muchos de ellos se pueden visitar en escapadas de un día desde la capital.

Por esto mismo, muchos optan por comenzar la ruta visitando Palencia capital, degustando la rica gastronomía castellana en alguno de los mejores restaurantes en Palencia y descubriendo sus monumentos. Para ello, plataformas como Donde Comer Sano recomiendan restaurantes sostenibles y tradicionales en cada provincia española, siendo una web referente para los amantes del turismo gastronómico. Tras esto, toca realizar alguna de las excursiones que hacer en la provincia de Palencia más allá de su capital que recomendaremos a continuación.

Cervera de Pisuerga

Cervera de Pisuerga se alza como una de las puertas de entrada a la Montaña Palentina en el norte de la provincia. Esta localidad, rodeada de bosques, ríos y montañas, es un destino perfecto para quienes buscan desconexión y contacto con la naturaleza. En Cervera de Pisuerga se puede acceder al Parque Natural de Fuentes Carrionas y Fuente Cobre, hogar del oso pardo y del nacimiento del río Carrión. Cervera es un punto de partida excelente para explorar la Montaña Palentina, visitar pueblos como San Salvador de Cantamuda o subir a miradores como el de Alba de los Cardaños.

Además de su entorno natural privilegiado, Cervera de Pisuerga conserva un casco antiguo con soportales, casas señoriales y una animada plaza Mayor. La iglesia de Santa María del Castillo ofrece una panorámica preciosa sobre el valle, y el Eremitorio rupestre de San Vicente, excavado en la roca, es una visita singular que hacer. También destaca su tradición festiva, con ferias, mercados y celebraciones populares a lo largo del año.

Frómista

Frómista es sin duda una de las grandes obras del románico palentino y una parada imprescindible para los amantes del arte medieval. Esta pequeña villa histórica, situada en plena Tierra de Campos, es conocida principalmente por la iglesia de San Martín de Tours, una obra maestra del románico europeo. Su perfecta simetría, sus capiteles y su armonía arquitectónica hacen de este templo uno de los más bellos y estudiados del país.

Pero Frómista no es solo San Martín, ya que la localidad forma parte del Camino de Santiago y mantiene vivo el paso de peregrinos, con albergues y un ambiente tradicional. Su iglesia parroquial de San Pedro, el paso del canal de Castilla por la localidad o el museo etnográfico de Frómista ofrecen al visitante una experiencia completa en torno a la historia, la cultura y el paisaje agrícola.

Aguilar de Campoo

Al norte de Palencia, casi tocando con Cantabria, se encuentra Aguilar de Campoo, una villa con una combinación única de historia, arquitectura y vida rural. Aguilar, declarada conjunto histórico-artístico, conserva su trazado medieval, con multitud de iglesias románicas, casonas blasonadas y un castillo que corona el cerro para ofrecer vistas espectaculares del entorno. Uno de los grandes atractivos culturales de Aguilar es el monasterio de Santa María la Real, un imponente conjunto monástico reconvertido en centro de interpretación del románico.

Por otro lado, también cuna de una de las industrias galleteras más importantes del país, lo que le da un sabor muy particular. De igual manera, Aguilar de Campoo es una localidad viva y dinámica, con festivales culturales, mercadillos, propuestas gastronómicas y alojamientos con encanto. El embalse de Aguilar y la cercana Cueva de los Franceses ofrecen alternativas para quienes buscan naturaleza, rutas de senderismo en familia y actividades al aire libre. Este embalse de Aguilar de Campoo es una de las piscinas naturales más destacadas de la provincia, junto con la cascada Mazobres o el Pozo de Las Lomas.

El canal de Castilla

El canal de Castilla es una de las obras de ingeniería históricas más importantes del siglo XVIII en España, atravesando buena parte del oeste palentino. Aunque originalmente fue construido como vía de transporte de cereal, hoy es un recurso turístico de primer orden que combina historia, paisajes y actividades al aire libre en la provincia de Palencia. A su paso por Palencia, deja lugares tan destacados como la esclusa cuádruple de Frómista o el ramal que cruza Alar del Rey, donde nace el canal.

El entorno del canal invita a dar un paseo tranquilo, a hacer una ruta en bicicleta o incluso a la navegación fluvial en barcos turísticos que ofrecen rutas guiadas. Durante el recorrido se pueden observar esclusas, puentes, acueductos y almacenes de grano que muestran la importancia económica y técnica de esta infraestructura en el pasado. Se trata de una forma distinta de conocer la provincia, enlazando pueblos, campos de cultivo y rincones naturales.

Astudillo

Astudillo es uno de los pueblos más sorprendentes del Cerrato palentino, una comarca de suaves colinas, tierras de viñedo y un patrimonio arquitectónico muchas veces desconocido. Este municipio está situado al sureste de la provincia, destacando por su conjunto histórico, con calles medievales, casas nobles, pasadizos subterráneos y los restos de antiguas murallas. Su historia está muy ligada a la figura de Doña María de Padilla, amante de Pedro I el Cruel, quien residió en el antiguo convento de Santa Clara.

La iglesia de Santa Eugenia, de imponente presencia, es otro de los grandes reclamos, junto con el monasterio de San Francisco y las ruinas del castillo. Además, bajo tierra se esconde una de las peculiaridades de Astudillo que ya hemos mencionado, una red de bodegas y pasadizos que pueden visitarse y que servían como despensa y refugio. La sensación de caminar por estos túneles es muy singular y añade un valor adicional a la visita.