Trujillo se sitúa en la costa norte del Perú, destacándose por su clima templado y su legado histórico. Fundada en 1534 por los conquistadores españoles, la ciudad mezcla la influencia colonial con vestigios precolombinos que narran la historia de las culturas Chimú y Moche. Caminar por sus calles es una oportunidad para admirar la arquitectura virreinal, con casonas coloridas y balcones que evocan siglos pasados. Trujillo también es sede de importantes festividades como el Festival de la Marinera, donde los visitantes pueden disfrutar de la elegancia del baile tradicional.

Además de su patrimonio arquitectónico, Trujillo es un punto clave para los amantes de la gastronomía peruana. Los sabores marinos destacan en sus ceviches y sudados, pero también se encuentran platos autóctonos como el “shambar”, una sopa de granos que se sirve tradicionalmente los lunes. Los turistas pueden recorrer sus mercados locales para degustar productos frescos y disfrutar de la cocina fusión que mezcla influencias andinas, españolas y africanas. Sin duda, la oferta culinaria es una de las grandes razones por las que Trujillo deja una huella en sus visitantes.

En Trujillo, la cultura está presente en cada esquina, ya que, además de museos y centros arqueológicos, la ciudad alberga espectáculos de danza, música en sus teatros e incluso en sus plazas. Visitar Trujillo es adentrarse en un entorno único que combina modernidad con tradición, pues los turistas no solo encuentran monumentos históricos sino también una vida cultural activa, con eventos semanales que involucran a la comunidad local. En este artículo, hablaremos con más detalle sobre los mejores sitios qué ver en Trujillo, así como las actividades para hacer en esta linda ciudad del Perú.

Chan Chan

Ubicada a solo 5 kilómetros del centro de Trujillo, Chan Chan es uno de los mayores atractivos arqueológicos de Perú. Esta monumental ciudad de adobe fue la capital del poderoso reino Chimú, una civilización preincaica que dominó la costa norte hasta la llegada de los incas en el siglo XV. Con una extensión de aproximadamente 20 km², Chan Chan albergaba palacios, templos y plazas ceremoniales, además de contar con sistemas avanzados de canales de riego. La ciudad fue construida enteramente en adobe, siendo considerada la más grande de su tipo en el mundo y fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1986.

Los visitantes pueden recorrer las zonas más emblemáticas de Chan Chan, como el Palacio Tschudi, que conserva hermosos relieves en las paredes con motivos marinos y figuras geométricas. Entre las actividades que destacan se encuentran los recorridos fotográficos, excursiones arqueológicas y paseos en bicicleta por los alrededores. Chan Chan es un lugar perfecto para los amantes de la historia y la arqueología, siendo una parada imprescindible durante el viaje por Trujillo.

Complejo Arqueológico el Brujo

El Complejo Arqueológico el Brujo se encuentra a unos 60 kilómetros al norte de Trujillo, en el distrito de Magdalena de Cao, provincia de Ascope. Este sitio prehispánico, ubicado junto al río Chicama, fue ocupado por diversas culturas, desde los primeros pobladores hasta los mochicas, y destaca por ser el lugar donde se descubrió la famosa “Señora de Cao”. El hallazgo de esta mujer gobernante, cuyo cuerpo fue preservado con tatuajes visibles en la piel, cambió la visión sobre el papel femenino en las culturas antiguas del Perú.

El Brujo está compuesto por tres grandes estructuras: Huaca Prieta, Huaca Cao Viejo y Huaca Cortada, cada una con una historia que se remonta a miles de años. Los visitantes pueden explorar la impresionante Huaca Cao Viejo, decorada con relieves policromados que muestran escenas rituales y figuras mitológicas. El museo de sitio, ubicado cerca del complejo, exhibe objetos ceremoniales y la momia de la Señora de Cao, considerada uno de los descubrimientos más importantes de la arqueología peruana. Sin duda, el Brujo es un destino imprescindible para quienes buscan combinar historia, arqueología y leyendas fascinantes.

Museo Huacas de Moche

El Museo Huacas de Moche se encuentra a unos 10 kilómetros del centro de Trujillo, muy cerca del Complejo Arqueológico Huacas del Sol y de la Luna. Este museo fue inaugurado para preservar y exponer los hallazgos encontrados en las excavaciones de estas antiguas pirámides de adobe. Su colección permite a los visitantes entender la vida cotidiana, las creencias y el arte de la civilización mochica, que floreció en la costa norte del Perú entre los siglos I y VIII. Entre las piezas más destacadas se encuentran cerámicas con la característica iconografía moche, así como joyas, armas y objetos funerarios.

El recorrido por el museo está organizado en varias salas temáticas, donde los visitantes pueden explorar aspectos relacionados con la política, religión y economía de los mochicas. Además, el museo dispone de espacios interactivos, perfectos para familias que desean visitar una tienda de artesanías locales para llevar recuerdos. Un dato curioso es que las cerámicas mochicas son famosas por su realismo y expresividad, en especial los huacos retratos, que representan rostros humanos con notable detalle. Este museo es una parada obligada para quienes desean conocer de mejor manera esta fascinante ciudad peruana.

Huanchaco

Huanchaco es un balneario ubicado a unos 12 kilómetros del centro de Trujillo, conocido por combinar historia, tradición y un ambiente relajado frente al océano Pacífico. Este lugar es famoso por los «caballitos de totora», embarcaciones hechas de cañas que los pescadores locales han utilizado durante más de 3,000 años. Según la tradición, la cultura mochica ya empleaba estas balsas para navegar y pescar en las costas de la región, y su uso continúa vigente hoy en día.

Los turistas que visitan Huanchaco pueden disfrutar de diversas actividades, como clases de surf, paseos en los caballitos de totora y recorridos por el muelle, desde donde se obtienen hermosas vistas al atardecer. El lugar también es perfecto para probar los sabores del norte peruano, con restaurantes que ofrecen ceviche fresco y otras delicias marinas. Para aquellos que buscan un plan totalmente relajado, las playas de Huanchaco ofrecen espacios para descansar y conectarse con la naturaleza, convirtiendo a este balneario es una parada imprescindible en cualquier visita a Trujillo.

Catedral de Santa María

La Catedral de Trujillo, también conocida como la Catedral de Santa María, se sitúa en el centro histórico de la ciudad, frente a la Plaza de Armas. Construida entre 1647 y 1666, esta majestuosa iglesia es un ejemplo destacado del estilo barroco colonial peruano. La catedral es conocida por su impresionante fachada, decorada con detalles en piedra y su imponente torre que alcanza los 45 metros de altura. En su interior, los visitantes pueden admirar hermosos retablos dorados, obras de arte religioso y la imagen de la Virgen de la Puerta, considerada la patrona de la ciudad.

Los visitantes pueden asistir a alguna de las misas que se celebran regularmente, donde pueden experimentar la espiritualidad y tradición local, además, se organizan visitas guiadas que explican la historia y la arquitectura del edificio, brindando un contexto más profundo sobre su relevancia en la ciudad. Un dato curioso es que la catedral ha resistido varios terremotos a lo largo de su historia, lo que la convierte en un símbolo de resiliencia para la comunidad. Los alrededores de la catedral, llenos de plazas y restaurantes, hacen de este lugar un punto destacado que no se puede dejar de visitar durante el recorrido por la ciudad de Trujillo.