Si estás en Nueva York y te apetece disfrutar de una experiencia gastronómica que te transporte directamente a París, no puedes dejar de visitar Balthazar. Este restaurante, ubicado en el animado barrio de SoHo, ha sido un referente de la cocina francesa desde su apertura en 1997. En este sentido, con su ambiente acogedor, de brasserie clásica, y su carta que mezcla tradición y un toque moderno, Balthazar es el lugar perfecto para disfrutar de una comida relajada, ya sea en un desayuno tranquilo o en una cena sofisticada.
Además, lo que hace que este restaurante sea tan especial, aparte de su exquisita comida, es su historia y cómo ha sabido mantenerse como uno de los favoritos en una ciudad tan dinámica como Nueva York. En este lugar te espera una atmósfera única que te hace sentir como si estuvieras en el centro de París.

En este artículo, te contamos todo lo que necesitas saber antes de ir a Balthazar: su historia, cómo llegar y los platos más recomendados. ¡Prepárate para disfrutar de una experiencia que no olvidarás!
Del sueño a la realidad: La historia detrás de Balthazar
En 1997, Keith McNally decidió abrir un restaurante que transportara a los neoyorquinos a una clásica brasserie francesa sin necesidad de salir de la ciudad. De esta forma, con una visión clara, transformó un antiguo taller en un espacio con techos altos, espejos envejecidos y un ambiente que parece sacado de París. Así, desde el primer día, el lugar atrajo a locales y turistas, convirtiéndose en un punto de referencia en el SoHo.
Con el paso del tiempo, Balthazar se consolidó como un sitio excelente para desayunos, almuerzos y cenas, gracias a una carta que respeta la tradición culinaria francesa. Asimismo, el pan recién horneado y los mariscos frescos lo hicieron destacar en una ciudad llena de opciones gastronómicas. Por ello, las celebridades y los amantes de la buena mesa lo convirtieron en un clásico, al nivel de los restaurantes con más historia de Nueva York.
¿Cómo llegar al restaurante Balthazar?
Para llegar a Balthazar, debes dirigirte al 80 de Spring Street, en pleno SoHo. Si tomas el metro, la estación más cercana es la de Spring Street de la línea 6, que te deja a unos pasos. También puedes bajarte en Prince Street si usas las líneas N o R. De igual forma, si prefieres moverte en autobús, la línea M1 tiene paradas cercanas en Broadway, a pocos minutos del restaurante. Por otro lado, si usas taxi o aplicaciones de transporte, simplemente indica la dirección y prepárate para encontrar la entrada con su clásico toldo rojo. Y si decides caminar, el barrio es perfecto para un paseo previo, con calles llenas de tiendas, galerías y cafés.
Ten en cuenta que la zona suele estar concurrida, especialmente los fines de semana, por lo que, si vas en coche, estacionar puede ser complicado, así que es mejor optar por transporte público o servicios de movilidad compartida.
Sabores franceses con un toque neoyorquino
Balthazar logra capturar la esencia de la gastronomía francesa, pero con una personalidad que encaja perfectamente en Nueva York. Estos son algunos de los imperdibles que debes probar durante tu visita:
- Soupe à l’oignon: La sopa de cebolla gratinada es una opción reconfortante para cualquier momento del día. Su caldo intenso, hecho con cebollas caramelizadas y vino blanco, se cubre con una generosa capa de queso derretido sobre una rebanada de pan crujiente. Así, cada cucharada ofrece un equilibrio perfecto entre dulzura, acidez y cremosidad.
- Omelette aux fines herbes: Si visitas Balthazar para el desayuno o el brunch, este omelette es una excelente elección. Suave y esponjoso, se elabora con huevos frescos y una mezcla de hierbas aromáticas que potencian su sabor. Acompañado de papas doradas y pan recién horneado, es un plato sencillo pero ejecutado a la perfección.
- Steak frites: Un clásico infaltable en cualquier brasserie francesa. En este caso, el filete se cocina a la temperatura exacta para mantenerlo jugoso y se sirve con una porción generosa de papas fritas crujientes. A su vez, acompañado de una salsa bearnesa cremosa, cada bocado te permite disfrutar la sencillez y calidad de los ingredientes.
- Plateau de fruits de mer: Si prefieres mariscos, este plato es una opción espectacular, ya que incluye ostras frescas, langosta, camarones y almejas, servidos sobre hielo con salsas para realzar sus sabores.
- Tarte tatin: Para cerrar la experiencia con un toque dulce, este postre tradicional es una gran elección. La base de hojaldre caramelizado se hornea con manzanas tiernas y se sirve tibia con una porción de crema fresca o helado de vainilla.