La plaza Mayor de Madrid, situada en pleno corazón del casco antiguo de la capital española, y, completamente rodeada por calles empedradas y edificios con siglos de historia, es uno de los tesoros más emblemáticos de la ciudad. Esta plaza rectangular, famosa por sus soportales y sus fachadas uniformes, no solo es un punto de encuentro para turistas y locales, sino también un espacio lleno de relatos, tradiciones y momentos clave en la historia de la ciudad. La Plaza Mayor es uno de esos lugares donde basta con mirar alrededor para sentir que el tiempo se detuvo.
Durante siglos, ha sido testigo de eventos tan diversos como mercados, coronaciones, corridas de toros, procesiones religiosas y hasta ejecuciones públicas. Todo esto enmarcado en una arquitectura elegante y solemne, que ha sobrevivido incendios, reformas y la transformación de la ciudad a lo largo de los siglos. Por ello, pasear por esta plaza es como abrir un libro de historia que, a cada paso, revela nuevos capítulos llenos de vida.

Esta guía está pensada para aquellos que quieren conocer la Plaza Mayor a fondo. En ella, hablaremos de dónde queda la Plaza Mayor de Madrid, su historia, sus curiosidades, los rincones qué ver en Plaza Mayor y hasta dónde parar a comer algo típico. Además, mencionaremos dónde alojarse para visitar la Plaza Mayor, como puede ser en el hotel Inglés, un afamado hotel en barrio de las letras Madrid, que transportará a los huéspedes en el tiempo para sentir la experiencia de un modo totalmente único. En este contexto, no es solo mirar los edificios de la plaza o tomarse una foto, sino sumergirse en uno de los escenarios más simbólicos de Madrid.
Historia y arquitectura
La historia de la Plaza Mayor comienza en el siglo XV, cuando era conocida como «la plaza del Arrabal». Por entonces era un espacio abierto, ubicado fuera de las murallas de la ciudad medieval, donde los comerciantes montaban sus tenderetes y vendían productos a los habitantes del naciente Madrid. Sin embargo, con el tiempo, el crecimiento de la ciudad y la voluntad de embellecerla, esta plaza transformo este mercado improvisado en una gran plaza cerrada, encargada en 1617 por el rey Felipe III, cuyo monumento ecuestre preside hoy el centro del lugar.
El diseño corrió a cargo del arquitecto Juan Gómez de Mora, quien proyectó una plaza rectangular rodeada por edificios uniformes de tres plantas con arcadas, balcones y tejados inclinados. A lo largo de los años, la Plaza Mayor sufrió varios incendios (en 1631, 1672 y 1790), lo que obligó a distintas reconstrucciones. La versión actual fue obra del arquitecto Juan de Villanueva, quien simplificó la decoración y aumentó la seguridad contra incendios, dándole el aspecto que conserva hoy.
¿Qué ver en la Plaza Mayor de Madrid?

Aunque a primera vista parezca solo una gran plaza con todos los edificios iguales, la Plaza Mayor de Madrid está llena de detalles y rincones con mucha historia. El primero de ellos es la estatua ecuestre de Felipe III en el centro, realizada por Giambologna y Pietro Tacca en 1616. Esta escultura ha visto de todo: celebraciones, disturbios y fue incluso retirada durante un tiempo. Hoy, se mantiene como uno de los símbolos de la ciudad, siendo una parada obligatorio en la plaza.
De igual forma, no hay que perderse la Casa de la Panadería, el edificio más llamativo de la plaza, con sus frescos coloridos y con una historia que la vincula al reparto de pan a precios regulados. En la actualidad, es la sede del centro de turismo del Ayuntamiento de Madrid, dónde poder consultar recorridos turísticos por la ciudad. Sus frescos, restaurados varias veces, representan alegorías mitológicas y madrileñas que le dan un aire muy fotogénico.
Otro punto imprescindible son los accesos a la plaza, especialmente el Arco de Cuchilleros, una de las nueve puertas que conectan la plaza con el laberinto del Madrid de los Austrias. Esta entrada con escalinata es uno de los rincones más llamativos de la plaza, dando acceso a las tabernas típicas del lugar.
Comer y beber – Bocadillos de calamares y terrazas con sabor castizo
Uno de los mayores placeres de visitar la Plaza Mayor es sentarse en una de sus terrazas, rodeado por siglos de historia y arquitectura, para disfrutar de la gastronomía madrileña. El plato estrella es, sin duda, el clásico bocadillo de calamares, con numerosos bares y tabernas alrededor de la plaza y en sus alrededores que lo ofrecen en todas sus variantes.
Además del bocata de calamares, también se pueden degustar otras tapas más características de Madrid como croquetas, tortilla de patata, callos madrileños, etc. Muchos locales conservan la estética de taberna antigua, con mesas de mármol, suelos de madera y un ambiente bullicioso. Por tanto, comer en la Plaza Mayor es disfrutar de un momento castizo, en el que el tiempo se detiene entre sorbos, conversaciones y platos típicos.
¿Qué hacer cerca de la plaza Mayor de Madrid?

La Plaza Mayor es solo el inicio de un viaje por el Madrid más antiguo y auténtico. Por ello, alojarse en las proximidades de esta plaza en un hotel como el Hotel Inglés con sus suites con bañera exenta, permite recorrer el centro histórico de Madrid de forma cómoda. A unos pasos de allí se encuentra el mercado de San Miguel, un edificio de hierro modernista que alberga una oferta gastronómica de primer nivel.
Otra visita imprescindible es la Puerta del Sol, el punto más céntrico de España, dónde se encuentra el famoso Kilómetro Cero, así como la estatua del Oso y el Madroño, dos de los símbolos de la ciudad. Muy cerca también está el monasterio de las Descalzas Reales, un convento del siglo XVI con un interior sorprendente y obras de arte escondidas tras sus muros. Las opciones son prácticamente ilimitadas para disfrutar del centro de Madrid de una forma tranquila.