El Estado de Nueva York
Es curioso que el único Nueva York que la mayoría de los visitantes conoce sea el de la minúscula isla de Manhattan, grande en cuanto a reputación, actitud y oferta turística, pero que representa sólo una diminuta muestra de los muchos lugares y emociones que puede deparar el enorme territorio.
Nueva York está flanqueado nada menos que por otros cinco estados: Pennsylvania, Nueva Jersey, Connecticut, Massachusetts y Vermont; tres importantes masas de agua como son el lago Ontario, el lago Erie y el Océano Atlántico; y su personalidad es resultado y reflejo de todo ello.
Existen ciudades universitarias llenas de hippies como la adorada Ithaca, y ciudades no universitarias pero también habitadas por hippies como Woodstock y Saugerties. Hay colonias de artistas desde Hudson hasta los Hamptons, e importantes enclaves diseminados por todos los condados.
Nueva York posee tierras de cultivo, bosques, lagos y costas, y pueblos que aparecen felizmente anclados en el tiempo.
Y, por supuesto, está la gran New York City, mítica, seductora e intimidante, que ofrece todas las posibilidades imaginables, como cultura extranjera, gastronomía, arte, literatura o deportes.
Historia de Nueva York
El pasado del estado de Nueva York está vinculado a sus canales y ríos. Los primeros pobladores se asentaron a lo largo del río Hudson y fundaron núcleos como la pequeña ciudad de Newburgh, donde George Washington estableció su cuartel general durante la Guerra de Independencia. Completado en 1825, el canal de Erie, entre Albany y Buffalo, conectó Nueva York y el río Hudson con los Grandes Lagos y el Medio Oeste.
La red de canales contribuyó a la apertura del interior del continente, promovió el avance industrial en ciudades como Buffalo, Rochester y Syracuse, y convirtió la ciudad de Nueva York en el principal puerto de Estados Unidos.