El Castillo de Drácula

castillo-transilvania

Cuando hablamos Transilvania nos ubicamos en la region central de la actual Rumania, de donde vienen fascinantes historias sobre vampiros y es que si hay un lugar que pueda ser el reino de los vampiros, no puede ser otro que el sur de Transilvania donde se ubica  el castillo de Bran, que se suele presentar al mundo como el castillo de Drácula, tiene todo el aspecto de serlo, dominando al pueblo desde lo alto de una roca escarpada. Sin embargo, el auténtico Drácula, el Príncipe Vlad, nunca estuvo aquí.

Ésto no ha impedido que Bran se empeñe en acaparar a los seguidores del famoso príncipe y por eso hace años que se incluye en las rutas turísticas.

Un ajo, un crucifijo y esta guía es todo lo que necesitas para disfrutar de la mejor hospitalidad local. No te pierdas este viaje por el país de los vampiros: Transilvania.

Considerando que el autor de Drácula, Bram Stoker, nunca estuvo en Rumanía, la elección de Transilvania como escenario de su novela no deja de ser una sorprendente inspiración.

Se tarda una hora en cubrir los 100 kilómetros que separan Bucarest de Pitesti por la mejor carretera del país. Unos 30 kilómetros más al norte se encuentra Curtea de Arges, considerada la puerta de acceso al país de Drácula. Aunque a simple parezca poco atractiva, los sombríos alrededores esconden un pequeño tesoro: la iglesia-monasterio Curtea de Arges que da su nombre a la localidad.

la iglesia-monasterio Curtea de Arges, fue construida entre 1514 y 1526 por orden de Neagoe Basarab, príncipe de Valaquia, que en el año 1512 había depuesto a Vlad El Joven, nieto de Vlad Dracul, el legendario príncipe en cuya vida se inspiró Stoker para su novela. La salida norte de la ciudad es el inicio de la carretera que los vecinos llaman Transfagarasan, una de las más peligrosas de Europa. En los mapas actuales, aparece señalada como DN7C. Está oficialmente abierta de mayo a octubre y se recomienda precaución.

la iglesia-monasterio Curtea de Arges

El acceso por el sur desde Curtea de Arges hasta Arefu es relativamente suave. Se dice que en un tiempo Arefu estuvo habitado exclusivamente por descendientes de Vlad Dracul. Por encima del pueblo se erigen los escalofriantes restos de una fortaleza que, según los vecinos, debería ser reconocida como el auténtico Castillo de Drácula. Se cree que tanto Vlad Dracul como su hijo, Vlad el Empalador, dieron audiencia aquí durante largos períodos. Por desgracia para la industria turística de Rumanía, el castillo quedó en ruinas debido a un desprendimiento de tierra en la década de 1880.

El punto más alto de la Transfagarasan está a 2.034 metros y aquí la carretera se sumerge en un túnel de un kilómetro de largo. Al otro lado se encuentra el Lago Balea, famoso por su esquí libre y su hotel de hielo. En verano, se puede comer y dormir muy bien en el agradable hotel Balea Lac . A veces está lleno de estudiantes y hay bastante ruido, y en este caso es mejor comer aquí y seguir camino por las curvas y más curvas de la bajada a Cartisoara, un pueblo pequeño y coqueto al pie de la montaña. Entre sus excelentes pensiones destaca la Pensión Denisa.

De Cartisoara a Bran hay aproximadamente una hora de coche. No dejes de hacer una parada en Rasnov cuya fortaleza, originalmente construida en el siglo XIII, es una candidata más a convertirse en el auténtico castillo de Drácula. Es probable que Vlad Dracul haya estado aquí pero, aunque impresiona bastante, no tiene ese “toque Drácula” que esperamos.

El Castillo de Bran, sin embargo, siete kilómetros más allá, lo tiene todo. Repleto de torres y torreones, fue construido por los Caballeros Teutónicos alrededor del año 1220 y, aunque no hay evidencia alguna de que Vlad Dracul o su hijo hayan pasado por aquí, el castillo se ha presentado a los turistas desde los años veinte como la morada de Drácula. Está abierto al público (10.00-18.00 todos los días menos los lunes) y es, con mucho, el lugar más turístico de todo el país.

Gracias al castillo, el pueblo de Bran ha visto mejorar su economía y se ha convertido en una animada localidad inundada de pensiones y restaurantes. Si buscas tranquilidad y buena comida casera, prueba la Pensión Panoramic, situada en un claro por encima del pueblo. Dentro del pueblo está la Pensión Fata si Baiat