La comunidad autónoma de Castilla y León es un destino turístico enfocado en el turismo rural y de interior, contando con una enorme cantidad de pueblos en los que degustar la rica gastronomía tradicional. Esta zona de España combina a la perfección una rica historia medieval, grandes parques naturales y una red de pueblos que mantienen su espíritu tradicional, convirtiéndose en un destino perfecto para los amantes del turismo rural.

El turismo rural en Castilla y León no solo invita a recorrer pueblos únicos, sino también a sumergirse en su legado histórico y sus tradiciones. Para ello, es posible recorrer sus cascos históricos y realizar distintas actividades al aire libre, como rutas de senderismo o escapadas en bicicleta. Además, su gastronomía basada en productos locales que degustar en un restaurante sano, agrega un valor único a la experiencia. En este sentido, una plataforma como «Dónde Comer Sano» ofrece un catálogo amplio de los mejores restaurantes sostenibles de los distintos pueblos de la comunidad autónoma.

En este artículo, vamos a mostrar cinco de esos pueblos encantadores de Castilla y León que son perfectos para una escapada rural. De esta manera, es posible preparar una escapada distinta, basada en una experiencia que permitirá desconectar del bullicio de las grandes ciudades turísticas y probar platos tradicionales en restaurantes de toda la vida. Además, consultando una buena guía turismo Castilla y León se podrán descubrir los platos más icónicos de cada una de las provincias de esta comunidad autónoma.

Pedraza en Segovia – Historia medieval entre murallas

Pedraza es uno de los pueblos más emblemáticos de Castilla y León y un destino perfecto para los amantes de la historia y la arquitectura medieval. Este pueblo amurallado, situado en la provincia de Segovia, parece detener el tiempo, contando con un entramado de calles empedradas, enormes casonas de piedra y un impresionante castillo que corona la localidad.

Uno de los mayores atractivos de Pedraza es su plaza Mayor, una obra del arte del urbanismo medieval rodeada de multitud de edificios históricos. En verano, la villa acoge el popular concierto de las Velas, un evento mágico en el que el pueblo se ilumina únicamente con velas, creando una atmósfera mágica. Además, el castillo de Pedraza, que alberga el museo de Ignacio Zuloaga, es una visita obligada para conocer más sobre la historia del lugar. La gastronomía de Pedraza destaca con platos tradicionales segovianos, como el cordero asado o el cochinillo, que se pueden degustar en los restaurantes locales.

La Alberca en Salamanca – Tradición y encanto serrano

La Alberca es un pueblo que enamora por su arquitectura tradicional y sus profundas raíces culturales, estando enclavado en plena Sierra de Francia en Salamanca. Declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1940, es conocido por sus casas de piedra y madera, sus balcones llenos de flores y sus calles estrechas que invitan a perderse en un viaje al pasado.

La plaza Mayor es el corazón del pueblo y un lugar perfecto para comenzar la visita. En este lugar se levan a cabo los mercados locales y distintos eventos tradicionales durante el año, que resaltan el espíritu comunitario de La Alberca. Además, el pueblo está rodeado de un entorno natural impresionante, con rutas de senderismo que ofrecen vistas espectaculares de la Sierra de Francia. La Alberca también es famosa por sus tradiciones, muchas de las cuales han perdurado durante siglos, así como por una gastronomía basada en productos locales como el jamón y los embutidos.

Candelario en Salamanca – Entre nieve y tradiciones choriceras

Candelario, ubicado en las faldas de la Sierra de Béjar en Salamanca, es otro de los pueblos más encantadores de Castilla y León. Su arquitectura tradicional se combina con su entorno natural, convirtiéndolo en un destino perfecta para visitar tanto en invierno como en verano.

El pueblo de Candelario es conocido por sus «batipuertas», pequeñas puertas de madera que protegían las casas del frío y la nieve, un elemento único que habla de las tradiciones del lugar. Su casco histórico permite descubrir un impresionante conjunto de calles estrechas, fuentes centenarias y pequeñas plazas. Durante el recorrido, se recomienda visitar la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, el templo más importante de la localidad. Además, su cercanía a la estación de esquí de La Covatilla lo convierte en un destino adecuado para los amantes de los deportes de nieve y la naturaleza.

Urueña en Valladolid – La villa del libro y la cultura

Urueña, conocida popularmente como la «villa del libro», es un pequeño pueblo de la provincia de Valladolid que mezcla su encanto medieval con un enfoque cultural único. Este pueblo amurallado alberga una impresionante cantidad de librerías y espacios culturales, lo que forma un destino imprescindible para los amantes de la lectura en España.

El casco histórico de Urueña, con sus vistas panorámicas a los campos de Castilla, es un lugar perfecto para desconectar. Entre sus principales atractivos se encuentran la iglesia de Santa María del Azogue y el centro etnográfico Joaquín Díaz, un museo que muestra las tradiciones y el folclore de la zona. Además de su oferta cultural, Urueña es un lugar perfecto para disfrutar de la gastronomía vallisoletana, con restaurantes que ofrecen platos tradicionales como el lechazo asado, acompañados de los excelentes vinos de la zona.

Orbaneja del Castillo en Burgos – Un pueblo entre cascadas

Orbaneja del Castillo, situado en la provincia de Burgos, es uno de los pueblos más singulares de Castilla y León. Este pueblo, con un casco histórico enclavado en plena naturaleza, destaca por su famosa cascada, la cuál atraviesa la localidad y desemboca en el río Ebro, creando un paisaje de ensueño que cautiva a todos sus visitantes.

El pueblo está formado por casas de piedra perfectamente conservadas que parecen formar parte del entorno natural. Su arquitectura tradicional, combinada con su espectacular ubicación en un cañón kárstico, convierte a Orbaneja del Castillo en un destino perfecto para una escapada. Además, desde el mirador del pueblo se puede disfrutar de vistas impresionantes del Cañón del Ebro, un lugar de visita obligatoria para los amantes de la fotografía y la naturaleza.