En Arica los días comienzan temprano y el clima parece estar siempre de buen humor. De esta forma, con su cielo despejado casi todo el año y un aire cálido que no agobia, esta ciudad del extremo norte de Chile te recibe con la tranquilidad de quien ha aprendido a vivir al ritmo del mar. En este destino no hay grandes distancias ni multitudes apuradas, pero sí encontrarás playas amplias, historia viva y una cultura que respira aires andinos y costeros al mismo tiempo.
Pasear por su costanera, subir al Morro o perderte entre los puestos de frutas del mercado es parte de su rutina cotidiana. Lo interesante es que todo eso, para ti que vienes de visita, resulta nuevo, relajado y diferente. Arica es frontera, desierto, valle y océano. Es una ciudad que no se explica en apuros.

En este artículo vas a descubrir cómo llegar a Arica y por qué su ubicación es tan particular. Además, te compartiremos algo de su historia, los sitios que no puedes dejar de visitar, las playas ideales según tus planes y los sabores que realmente debes probar.
¿Dónde se encuentra Arica? ¿Cómo llegar?
Ubicada en el extremo norte de Chile, Arica se encuentra junto a la frontera con Perú y a orillas del océano Pacífico. Arica es la capital de la Región de Arica y Parinacota, ubicada a más de 2.000 kilómetros de Santiago. Puedes acceder por aire tomando un vuelo directo desde Santiago hasta el Aeropuerto Chacalluta, ubicado a unos 20 minutos del centro de Arica.
También puedes optar por viajar en bus, aunque el recorrido terrestre supera las 24 horas de duración. Por otro lado, si vienes desde Tacna, Perú, puedes cruzar la frontera fácilmente y tomar un taxi o un minibús. Desplazarte por la ciudad será fácil gracias a los taxis colectivos, micros y opciones de arriendo de autos
Historia y cultura en clave fronteriza
La historia de Arica está profundamente marcada por su ubicación geográfica, ya que es una zona donde convergen distintas identidades y procesos históricos. Fundada en 1541 por los españoles como un puerto estratégico para el Virreinato del Perú, la ciudad fue durante siglos un punto clave del comercio sudamericano.
Posteriormente, en 1880, pasó a formar parte del territorio chileno tras la Batalla de Arica durante la Guerra del Pacífico. Este episodio sigue presente en su identidad local, especialmente en el Morro, símbolo histórico de la ciudad. A lo largo del tiempo, Arica ha recibido influencias de comunidades afrodescendientes, aimaras, migrantes peruanos y bolivianos, lo que ha dado lugar a una cultura viva, diversa y profundamente conectada con sus raíces andinas y marítimas.
Lo mejor que puedes ver y hacer en Arica
Aunque Arica no es una ciudad grande, te ofrece una lista amplia de lugares y experiencias que te permiten conocerla en profundidad, sin prisas, como los siguientes:
- Morro de Arica: Este promontorio rocoso, de 110 metros de altura, brinda una vista panorámica espectacular de la ciudad. En la cima encontrarás un museo con objetos de la Guerra del Pacífico y una explanada que recuerda a los soldados caídos.
- Catedral de San Marcos: Obra de Gustave Eiffel, fue construida en hierro fundido, enviada desde Europa por partes y montada en Arica en el siglo XIX. Su fachada rojiza y su interior sobrio tienen una presencia particular dentro del casco histórico. Está ubicada al lado de la antigua aduana, otra construcción diseñada por Eiffel.
- Cuevas de Anzota: Este conjunto de formaciones naturales se ubica a 12 kilómetros al sur del centro y te permite caminar entre rocas, túneles y acantilados frente al mar. Además, el sendero está bien señalizado y ofrece miradores espectaculares.
- Museo Arqueológico de Azapa: Este museo guarda momias Chinchorro, consideradas las más antiguas del mundo, junto con herramientas, tejidos y cerámica de culturas prehispánicas de la región. Está ubicado en el valle de Azapa, en medio de cultivos de aceitunas, lo que le da un entorno muy particular.
- Carnaval con la Fuerza del Sol: Cada febrero, Arica se llena de comparsas, música altiplánica y trajes brillantes en esta celebración de raíces andinas. Participan comunidades de Chile, Bolivia y Perú, en un espectáculo callejero de varios días que convierte la ciudad en una gran fiesta multicultural.
Playas para relajarte o para mojarte con estilo
En Arica, el mar acompaña cada actividad y forma parte del día a día. Por ello, las playas son un componente fundamental al visitar esta ciudad del norte.
- Playa Chinchorro: De gran extensión y aguas calmas, cuenta con una costanera muy concurrida por quienes caminan, corren o pasean en bicicleta. Algunas áreas cuentan con palmeras, duchas y kioscos, lo que permite disfrutar del día cómodamente y sin complicaciones.
- Playa La Lisera: Esta pequeña bahía está protegida por rocas naturales que suavizan el oleaje, por lo que resulta cómoda para nadar sin corrientes bruscas. Así, es un buen lugar para flotar tranquilo, mientras las familias disfrutan en la orilla o hacen picnic sobre el pasto. Además, hay baños públicos y estacionamiento cerca.
- Playa Las Machas: En esta playa el ambiente es distinto: más amplio, más abierto y con mejores condiciones para quienes practican surf o bodyboard. También es habitual encontrar escuelas de deportes acuáticos que ofrecen clases y arriendo de equipos. Aunque no tiene mucha sombra, es un excelente lugar para caminar descalzo o mirar el horizonte sin interrupciones.
- Playa Brava: No es adecuada para nadar, pero es ideal para disfrutar caminatas al amanecer o durante el atardecer. El oleaje golpea fuerte contra las rocas, lo que le da un aire más salvaje. A su vez, sirve para desconectarte del movimiento urbano y ver un paisaje más agreste. También es buena para fotografía costera o pesca con caña.
- Playa Corazones: Se encuentra más alejada del centro, camino a las Cuevas de Anzota. Tiene acantilados rojizos, olas intensas y menos visitantes. Es ideal si buscas descubrir un entorno más natural, con poca intervención del hombre. Hay senderos cercanos y lugares altos para observar el mar en calma.
Sabores del norte: Qué comer en Arica
La cocina ariqueña mezcla productos marinos con ingredientes de valle y altiplano, creando platos sabrosos y frescos con identidad propia. En los mercados locales y picadas tradicionales vas a encontrar pescados como la reineta o la albacora, servidos con papas o ensaladas aliñadas con limón y ají amarillo. También es común que veas ceviches preparados al estilo del norte chileno, más suaves en acidez que los peruanos pero igual de sabrosos.
Además, uno de los ingredientes más valorados es la aceituna de Azapa, con una textura carnosa y un sabor profundo que aparece en empanadas, ensaladas o simplemente como aperitivo. A su vez, el tomate de este valle también tiene fama por su dulzor natural, y no puedes irte sin probar los platos con mariscos salteados, los pastelitos de camarón o el chupe de locos cuando hay temporada. Para cerrar, muchas cocinerías ofrecen postres con guayaba o mango del interior, acompañados de un café al estilo chileno.
