La mítica Ciudad Prohibida de Pekín fue hogar de varios emperadores durante dos dinastías chinas. Situada en la céntrica Plaza de Tiananmén, su construcción estaba, exactamente, en el antiguo centro de Pekín, antes de la expansión de la ciudad. En esos tiempos (desde 1420 a 1911), la Ciudad Prohibida estaba vetada a todo aquel que no perteneciera a la corte del emperador. Hoy, cualquier turista puede acceder a este precioso conjunto.

Ciudad Prohibida

Patrimonio de la Humanidad desde 1987, la Ciudad Prohibida perpetúa el lujo y la suntuosidad

Declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad en 1987, la Ciudad Prohibida es uno de los lugares que hay que visitar si se viaja a Beijing (Pekín). Compuesta por  ochocientos  edificios y nueve mil habitaciones lujosamente decoradas, rodeada por un foso de cincuenta y dos metros de ancho y por un  muro de diez metros de altura, la Ciudad Prohibida es un complejo que se puede dividir en dos partes: la Corte Interior y la Corte Exterior.

En la Corte Interior se puede contemplar la residencia habitual del emperador chino. En estas dependencias también se alojaban su esposa y sus concubinas. La Corte Exterior comprende la zona en la que el emperador concedía audiencias a quien lo solicitaba y donde celebraba sus coloridas fiestas en alguno de los salones principales: el Baohe, el Taihe y el Zhonghe.

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El acceso a la ciudad se realiza por alguna de las cuatro puertas que referencian los cuatro puntos cardinales. Durante la visita, es recomendable acceder al Museo Nacional de Palacio, ya que son muchas las piezas referidas a las épocas de los dintintos emperadores las que se exponen allí: esculturas, pinturas, tallas de bronce y cerámica están expuestas para el deleite del público.