El carnaval en Argentina es mucho más que desfiles, disfraces y música ensordecedora. En este sentido, cada año, miles de personas llenan las calles con festejos que mezclan historia, identidad y un fuerte sentido de comunidad. En algunas ciudades, las comparsas y corsódromos son el centro de atención, mientras que en otras, los rituales ancestrales y la música barrial marcan el ritmo de la celebración.

En este artículo, vamos a hablar de ese renacer del carnaval en Argentina, de los festejos más destacados del país y del impacto que han dejado en la sociedad. Si alguna vez pensaron en viajar para vivir esta celebración de cerca, acá te contamos lo que necesitas saber.

El renacer del carnaval en Argentina

Durante décadas, el carnaval argentino pasó por altibajos, marcados por decisiones políticas y cambios sociales. En 1976, la dictadura eliminó los feriados de carnaval, afectando la continuidad de los festejos en muchas regiones. Sin embargo, en 2010, su restitución marcó un punto de inflexión, impulsando la recuperación de tradiciones y el turismo.

De esta manera, en los últimos años, la participación ha crecido exponencialmente, con más asistentes y comparsas en cada edición. Muchas ciudades han invertido en infraestructura, mejorando corsódromos y promoviendo eventos que atraen tanto a locales como a visitantes. Este resurgimiento ha potenciado la economía regional, con hoteles, restaurantes y comercios beneficiándose directamente.

Además, el carnaval se ha consolidado como una manifestación cultural diversa, reflejando la identidad de cada provincia. Desde los corsos porteños hasta los rituales andinos, cada celebración aporta una expresión diferente, fortaleciendo el sentido de pertenencia y la transmisión de costumbres.

Los carnavales más destacados del país

Argentina celebra el carnaval con múltiples estilos y tradiciones, reflejando la riqueza cultural de cada región. Algunos eventos han adquirido mayor notoriedad, convirtiéndose en referencias obligadas para quienes buscan vivir esta festividad en su máxima expresión:

  • Corrientes, la capital nacional del carnaval: Su tradición se mantiene viva gracias a desfiles majestuosos en el Corsódromo Nolo Alías. En este caso, cada comparsa despliega vestuarios imponentes, carrozas monumentales y coreografías precisas, transformando la ciudad en un espectáculo deslumbrante.
  • Gualeguaychú, el Carnaval del País: En su corsódromo, las comparsas compiten con trajes lujosos y coreografías enérgicas, creando una fiesta inigualable. La pasión con que los participantes viven cada desfile se percibe en cada detalle, desde la música envolvente hasta la entrega total en cada presentación.
  • El carnaval andino en el noroeste argentino: Las comunidades celebran con rituales ancestrales, donde el «desentierro del diablo» marca el inicio de una festividad llena de color y simbolismo. Así, la música de sikuris, el baile colectivo y la devoción a la Pachamama convierten esta celebración en una experiencia profundamente espiritual, conectada con la cosmovisión andina.
  • Las murgas en Buenos Aires y el conurbano: En los barrios porteños, los corsos recuperan la esencia del carnaval popular con murgas que mezclan sátira, percusión y danza. De este modo, cada agrupación crea canciones con letras ingeniosas que reflejan la realidad social. A su vez, los trajes llenos de lentejuelas y la energía inagotable de los bailarines transforman las calles en escenarios efervescentes.

Impacto y legado de los carnavales en la sociedad

El carnaval argentino ha logrado mucho más que llenar calles de música y color. En cada edición, se refuerza el valor de las tradiciones locales, permitiendo que nuevas generaciones se apropien de expresiones culturales que estuvieron al borde de desaparecer. De esta forma, la vestimenta, la música y los desfiles narran historias de identidad y resistencia.

Asimismo, a nivel económico, el impacto es innegable, ya que hoteles, restaurantes y comercios experimentan un notable crecimiento en sus ingresos, gracias al flujo de visitantes que buscan vivir la experiencia. Además, la organización de los eventos genera empleo en distintos sectores, desde artesanos hasta trabajadores del turismo. Y el reconocimiento del carnaval como parte del patrimonio inmaterial ha fortalecido su relevancia en el país. Por eso, cada año, más personas se suman a los festejos, consolidándolo como una celebración imprescindible.