Si tu plan incluye varios días en Menorca, vale la pena reservar uno completo para recorrer Ciutadella con calma. Durante siglos concentró el poder político y eclesiástico de la isla, y aún hoy mantiene ese carácter noble que se percibe al caminar por su centro histórico. Caminar por sus plazas, visitar sus monumentos o sentarte frente al puerto al atardecer puede convertirse en uno de los mejores recuerdos del viaje.
Ciutadella no se limita solo a su arquitectura. A pocos minutos del centro puedes bañarte en calas de agua clara, seguir rutas naturales con vistas al mar o probar platos locales en restaurantes con mucho encanto. Todo esto se encuentra muy cerca, lo que te permite moverte sin prisas y disfrutar del entorno con tranquilidad. Las distancias cortas y el ambiente relajado hacen que cada momento se aproveche al máximo.

En esta guía te contamos qué ver y qué hacer en Ciutadella: desde los puntos más conocidos como la Plaça des Born o la catedral, hasta rincones junto al mar, rutas por el Camí de Cavalls y platos que no deberías dejar pasar. Un recorrido completo para conocer lo mejor de esta ciudad menorquina.
Plaza del Borne (Plaça des Born)
La Plaça des Born es el corazón de Ciutadella, tanto por su ubicación como por su importancia histórica. Durante siglos fue el centro de reuniones, celebraciones y acontecimientos públicos. En el centro se levanta un obelisco de casi 15 metros, que recuerda la resistencia ante el ataque otomano de 1558. Desde aquí se abren vistas hacia el puerto y varias calles empedradas del centro histórico.
Asimismo, la plaza está rodeada de edificios notables como el Ayuntamiento, el Teatro des Born y antiguos palacios reconvertidos en espacios culturales. Es un punto estratégico para empezar a caminar por la ciudad, ya que conecta con zonas peatonales llenas de tiendas, bares y mercados. Durante todo el año acoge ferias, conciertos y eventos locales. La sombra de los árboles, los bancos y las terrazas lo convierten en un lugar agradable para descansar, observar el movimiento y disfrutar de la atmósfera tranquila de Ciutadella.
Catedral de Menorca (Santa María)
Ubicada en el casco antiguo, la Catedral de Santa María fue construida en el siglo XIV sobre una antigua mezquita. Presenta una mezcla de estilos, con predominio gótico catalán y detalles neoclásicos. La fachada, restaurada en el siglo XIX, es sobria y elegante, mientras que el interior muestra capillas laterales, vitrales y esculturas.
Por otro lado, más allá de lo estético, también encierra un significado profundo ligado a la historia local. En el interior aún se utilizan un órgano de gran escala y varios objetos de carácter sacro que forman parte de las celebraciones. En verano suelen realizarse visitas guiadas y conciertos. Su cercanía a la Plaça des Born la hace accesible durante un paseo por el centro. Aunque sigue siendo un templo activo, se puede visitar con calma dentro de los horarios establecidos, lo que permite recorrer sus espacios sin interrupciones.
Palacio Salort y Palacio del Conde de Torre-Saura
Ambos edificios se encuentran junto a la Plaça des Born y conservan el estilo señorial que caracterizó a la Ciutadella más distinguida. El Palacio Salort sobresale por su fachada simétrica, sus balcones uniformes y un patio menorquín en el que aún se aprecia mobiliario original. Actualmente, funciona como restaurante y alojamiento, lo que facilita conocer de cerca la vida de la nobleza local.
Igualmente, muy cerca, el Palacio del Conde de Torre-Saura presenta un estilo más sobrio y una fachada de piedra clara. Aunque no siempre se puede entrar, su presencia impone. Verlo desde fuera, detenerse a observar los detalles y leer las placas informativas ayuda a entender el peso histórico de la ciudad.
Cala en Brut, Cala en Blanes y Cala des Degollador
Muy cerca del centro aparecen calas con entornos que contrastan con el perfil urbano. Cala en Brut es conocida por sus formaciones rocosas planas, que se usan como punto de salto al mar. No tiene arena, pero el mar azul intenso y la calma del entorno la convierten en un buen sitio para nadar o descansar.
Por su lado, Cala en Blanes ofrece una pequeña playa de arena con servicios básicos y ambiente familiar. Es adecuada para quienes buscan un lugar sencillo para bañarse. Cala des Degollador se sitúa justo al borde de la ciudad, con fácil acceso desde el centro. Es amplia, poco concurrida y permite disfrutar del mar sin salir de la ciudad. Cada una tiene su carácter y es fácil alternarlas en un mismo día.
Camí de Cavalls (tramo oeste)
El Camí de Cavalls rodea la isla entera, pero el tramo oeste, en las cercanías de Ciutadella, destaca por la variedad de su paisaje. Ofrece vistas al mar, zonas de acantilados y acceso a calas más apartadas. El recorrido se puede hacer a pie o en bicicleta, con tramos de tierra, cuestas suaves y zonas con sombra.
De esta forma, durante el camino se descubren paisajes naturales, miradores poco conocidos y lugares que no aparecen en los mapas turísticos. Llevar calzado cómodo y agua es imprescindible.
Gastronomía de Ciutadella
La cocina en Ciutadella está marcada por el mar y la tradición insular. La caldereta de langosta es el plato más conocido, preparado con marisco fresco y receta casera. También se encuentran tapas con quesos artesanales, embutidos locales y pan con tomate. A su vez, los mercados del centro, como el del Peix o el del Born, ofrecen productos de temporada y ambiente animado. En los bares del casco antiguo se puede probar vino menorquín y dulces típicos como pastissets o ensaimadas.
