Tenerife, la mayor de las islas Canarias, es un destino que combina naturaleza, cultura, historia y playa de forma magistral. En este contexto, desde paisajes volcánicos únicos hasta pueblos llenos de encanto, pasando por playas de arena negra, senderos entre laurisilvas y una gastronomía única, ofrece experiencias para todos los gustos. Tanto si se viaja en familia, en pareja o en solitario, la isla tiene algo especial que mostrar.
Su diversidad climática y geográfica permite pasar en cuestión de horas de una costa cálida a una cima nevada, de un barranco frondoso a un valle seco, o de una ciudad colonial a un puerto animado, más aún si se hacen viajes en moto en Tenerife. Esta riqueza convierte a Tenerife en un lugar que se puede disfrutar durante todo el año. Este artículo propone 10 lugares que ver en Tenerife, representativos de su esencia y muy distintos entre sí.
El Teide y el Parque Nacional

El Teide, con sus 3.718 metros, es el pico más alto de España y el corazón geológico de Tenerife. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, su imponente silueta domina la isla desde cualquier punto. Subir a su cima, o al menos acercarse a sus laderas, es una de las experiencias más impactantes que se pueden vivir en las Canarias. La zona ofrece un paisaje volcánico mágico, casi lunar, con coladas de lava, cráteres y formaciones rocosas como Los Roques de García.
El Parque Nacional del Teide cuenta con senderos señalizados para todos los niveles, perfectos para quienes desean caminar entre colores rojizos, negros y ocres. Uno de los recorridos más populares es el Sendero de los Roques, mientras que el teleférico lleva a los visitantes a una altura de 3.555 metros en pocos minutos. Desde allí, si se consigue permiso previo, es posible ascender a pie hasta la cima del volcán y disfrutar de unas vistas espectaculares del archipiélago.
La Laguna
San Cristóbal de La Laguna, conocida simplemente como La Laguna, fue la primera ciudad colonial sin murallas trazada según principios renacentistas. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, conserva un casco histórico perfectamente conservado, con palacetes, iglesias y calles que invitan a pasear sin prisa. Se trata de un lugar donde se respira historia en cada esquina, con un ambiente acogedor y lleno de vida.
La ciudad alberga una gran cantidad de edificios históricos, como la catedral de La Laguna, el convento de Santa Catalina, la iglesia de la Concepción o el palacio de Nava. Además, sus numerosas casas tradicionales con balcones de madera y patios interiores son ejemplo del estilo canario. La Laguna también es una ciudad joven gracias a la presencia de la Universidad de La Laguna, lo que se refleja en su ambiente cultural y dinámico.
Garachico

Garachico es uno de los pueblos más encantadores y pintorescos de Tenerife. Este pueblo, situado en la costa norte, tiene una historia marcada por la tragedia, ya que en 1706 una erupción volcánica destruyó gran parte de su puerto. Sin embargo, el pueblo renació con fuerza y hoy es un ejemplo de belleza arquitectónica, ambiente tranquilo y paisaje costero espectacular.
El centro histórico de Garachico conserva plazas empedradas, iglesias barrocas, casas señoriales y conventos que cuentan siglos de historia. Entre sus monumentos más destacados están el castillo de San Miguel, el convento de San Francisco y la iglesia de Santa Ana. Uno de los mayores atractivos del pueblo son sus piscinas naturales de El Caletón, formadas por la lava que llegó al mar. Estas charcas permiten bañarse en aguas cristalinas mientras se contempla el Atlántico golpeando las rocas volcánicas.
Masca

El pequeño caserío de Masca es uno de los rincones más impresionantes de Tenerife. Escondido entre montañas en el noroeste de la isla, dentro del Parque Rural de Teno, parece suspendido en el tiempo. Sus casas de piedra se asientan sobre un espinazo montañoso rodeado de profundos y una vegetación exuberante.
La carretera que lleva a Masca es una de las más espectaculares y vertiginosas de Tenerife, con curvas cerradas y vistas increíbles. Al llegar, el contraste entre el silencio del paisaje y la belleza del lugar impacta. El pueblo es pequeño, pero tiene restaurantes con miradores, puestos de artesanía y rutas para explorar los alrededores. La ruta de senderismo desde Masca hasta la playa homónima era una de las más populares, aunque actualmente está regulada por cuestiones de seguridad.
Icod de los Vinos y el Drago Milenario
En el municipio de Icod de los Vinos, ubicado en la ladera norte de Tenerife, se encuentra uno de los símbolos naturales de la isla: el Drago Milenario. Este árbol, considerado uno de los más antiguos del mundo, tiene entre 800 y 1.000 años de antigüedad y ha sido declarado Monumento Nacional.
El árbol se encuentra en el Parque del Drago, un espacio que recrea el ecosistema natural del norte de Tenerife con especies autóctonas, senderos y miradores. Desde este lugar se pueden observar también las vistas al océano y al Teide, en un entorno que equilibra perfectamente lo natural y lo patrimonial. Muy cerca está la iglesia de San Marcos, otro punto histórico interesante del casco antiguo del municipio. Para los más curiosos, el museo de la Cueva del Viento, uno de los tubos volcánicos más grandes de Europa, ofrece una experiencia subterránea sorprendente.
Santa Cruz de Tenerife

Santa Cruz, capital de la isla, es una ciudad moderna que sorprende por su oferta cultural, su arquitectura contemporánea y su ambiente costero. Uno de sus grandes iconos es el auditorio de Tenerife, obra del arquitecto Santiago Calatrava, que se ha convertido en símbolo de la ciudad y referencia cultural.
Junto a él se encuentran el Parque Marítimo César Manrique, con piscinas de agua salada frente al mar, y el Palmetum, un jardín botánico especializado en palmeras de todo el mundo. La ciudad también destaca por su excelente red de museos, entre ellos el Museo de la Naturaleza y Arqueología (MUNA), donde se pueden conocer los restos guanches y la biodiversidad de las islas.
Puerto de la Cruz

El Puerto de la Cruz es una de las localidades más queridas del norte de Tenerife, siendo uno de los primeros destinos turísticos de Canarias. Su encanto reside en la mezcla entre el ambiente tradicional canario y la animación de una ciudad costera con una gran historia.
Uno de los grandes atractivos de Puerto de la Cruz es el Lago Martiánez, un complejo de piscinas de agua salada diseñado por el artista César Manrique. Frente al océano Atlántico, ofrece zonas de baño, arte al aire libre y una arquitectura volcánica que lo convierte en un lugar único. Cerca de allí se encuentra el Jardín Botánico, con especies exóticas de todo el mundo, y el animado Paseo de San Telmo, perfecto para disfrutar del mar o tomar algo al atardecer.
Parque Rural de Anaga

En el extremo noreste de Tenerife se encuentra uno de los paisajes más sorprendentes y antiguos de la isla: el Parque Rural de Anaga. Declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO, esta zona montañosa alberga uno de los mejores ejemplos de bosque de laurisilva, un ecosistema prehistórico con árboles cubiertos de musgo, humedad constante y una biodiversidad única.
Hay numerosas rutas de senderismo señalizadas para distintos niveles, desde caminatas suaves entre miradores y pueblos hasta rutas más exigentes por barrancos y crestas. Algunas de las más populares son la de Los Sentidos, El Pijaral o la que conecta Taganana con la playa de Benijo. Los caminos ofrecen vistas espectaculares al mar, al bosque y a los valles verdes que parecen sacados de una postal.
Playa de Las Teresitas
A pocos minutos de Santa Cruz se encuentra la playa de Las Teresitas, considerada por muchos como la playa más bonita del norte de Tenerife. A diferencia de otras playas de origen volcánico con arena negra, Las Teresitas destaca por su arena dorada, importada del desierto del Sáhara en los años 70. Su imagen con palmeras y montañas de fondo es una de las más conocidas de la isla.
La playa es amplia, de aguas tranquilas y protegida por un rompeolas, lo que la hace adecuada para familias con niños, para nadar o simplemente para relajarse bajo el sol. Además, cuenta con servicios como chiringuitos, duchas, socorristas y zonas de sombra natural. La cercanía a la capital facilita el acceso en coche, guagua, moto o incluso en bicicleta para quienes buscan un plan de playa sin salir del entorno urbano.
Los Gigantes

Los acantilados de Los Gigantes, ubicados en la costa oeste de Tenerife, son una de las maravillas naturales más impresionantes de la isla. Estas paredes verticales de roca volcánica alcanzan alturas de hasta 600 metros y caen directamente al mar, creando un espectáculo visual impactante. Antiguamente llamados «la muralla del infierno» por los guanches, su majestuosidad sigue fascinando a quienes los contemplan.
El mejor lugar para verlos es desde el mirador de Archipenque, aunque también se puede disfrutar de una vista privilegiada desde el puerto deportivo de Los Gigantes o incluso desde el mar. Muchas empresas locales ofrecen excursiones en barco que permiten apreciar los acantilados desde cerca, con paradas para nadar y, en temporada, la posibilidad de avistar delfines y ballenas en libertad, una de las actividades más populares de la zona.
