Sol, playa, toros y paella son los cuatro tópicos de España en el extranjero. La imagen turística de la península y las islas ibéricas no define de buena manera la cultura española en su totalidad. Y es que España es mucho más de lo que se puede apreciar en una guía turística de España.
¿Cuándo viajar a España?
El clima en España, en la zona mediterránea, destaca por su calidez casi todo el año. No en vano, es el destino favorito de los europeos más nórdicos, que ven en España es la tranquilidad y la calidad de vida que no poseen en sus países natales. No obstante, la zona norte también goza de buena climatología durante los meses de verano (junio-agosto), destacando ciudades como San Sebastián, cuya playa, la Concha, es muy popular. Durante el mes de agosto, la bulliciosa capital, Madrid, se queda prácticamente desierta de habitantes y eventos culturales: el calor hace que los madrileños migren a la costa.
¿Dónde alojarse en España?
Las ciudades más caras suelen ser Madrid, Barcelona y Bilbao. No obstante, reservando con antelación o visitándolas en temporada baja (a partir de octubre) podemos encontrar una reducción en el precio. En estos casos, se recomienda escoger hoteles no muy cercanos al centro, ya que esto encarece el costo. El transporte público en las grandes ciudades suele ser muy bueno (trenes, línea de colectivos, cercanías). Las zonas costeras se encarecen también en verano y vacaciones (Semana Santa, puente del Pilar…), dado que tienen playas muy apetecibles y buen clima.
¿Qué visitar en España?
- En Madrid. El kilómetro 0 (punto desde donde parten todas las carreteras de España), el Museo del Prado, el Museo Reina Sofía, el Museo Thyssen (de gestión privada, la entrada es más costosa) y el campo Santiago Bernabeu (campo del Real Madrid).
- En Barcelona. La Sagrada Familia, el Parque Güel, la Casa Milá, la Casa Batló (todo de Antonio Gaudí), la Rambla, el Barrio Gótico, el Raval, el Puerto Olímpico (con el Pez de Oro, obra de Frank Gehry), la Torre Agbar, el Fórum, el Paseo de Gracia, el Museo de la Erótica, el Camp Nou (Barça)…
- En Sevilla. La Catedral de Sevilla (la Giralda, el Patio de los Naranjos y la Capilla Real), el Alcázar de Sevilla, la Plaza de España (escenario den Star Wars II: el ataque de los clones), el barrio de Santa Cruz y el Museo de Bellas Artes.
- En Granada. Ver la Alhambra e irse de tapeo (pequeñas porciones de comida acompañadas de bebida, en ruta itinerante) por los bares.
- En Valencia. Visitar el Mestalla (campo del Valencia C.F.), el Miquelet, la Catedral de Valencia, la Lonja, el Palacio de la Generalitat, el Palacio del Marqués de Dos Aguas, el Mercado Central, el Bioparc y el Mercado de Colón.
- En Bilbao. El Museo Guggenheim, el Puente de la Merced, el Mercado de la Rivera y la Iglesia de San Antón.
- En Santiago de Compostela. La catedral de Santiago. Si es año compostelano, es de rigor abrazar al santo.
- En la Costa Brava. Además de disfrutar de sus espectaculares playas e idílicos pueblos medievales, puedes contemplarlo todo desde las alturas con un viaje en globo exclusivo.
Gastronomía de España
La gastronomía de España es una de las más ricas y saludables. No en vano, la denominada dieta mediterránea es la recomendada por la mayoría de dietistas para llevar una vida sana y controlar el peso. Se basa en la verdura, la fruta y el pescado, así como en el arroz (la famosa paella) y el aceite de oliva.
Algunos de los platos típicos españoles son, dependiendo de la zona, la paella (arroz acompañado de verdura, carne o pescado), los cocidos y potajes (hechos con legumbres y verduras, principalmente) o la tortilla de patatas. En Andalucía se come pescaíto frito, pringá (pan con un desmenuzado de morcilla, chorizo y tocino), en Madrid el bocadillo de calamares y en Albacete el atascaburras, plato típico consistente en bacalao en salazón, huevo duro, aceite de oliva, patatas, ajo y nueces.
La bebida típica por excelencia es el vino, que en las zonas andaluzas suele tomarse en la variedad tempranillo (tinto) para acompañar el tapeo. También en el sur son comunes otras variedades como el jerez y la manzanilla, esta última servida muy fría y en vaso largo. La sangría se hace mezclando vino con zumo de frutas, y el tinto de verano mezcla vino tinto y gaseosa.