Roma, la capital de Italia y antigua sede del poderoso Imperio Romano, es una de las ciudades más fascinantes del mundo. Su historia milenaria, su riqueza artística y su atmósfera única hacen que cada visita se convierta en una experiencia inolvidable. Con tanto por ver, es fácil sentirse abrumado si se visita por primera vez. Elegir qué ver en una estancia corta puede ser un desafío, por eso este artículo selecciona los lugares imprescindibles que todo viajero debería conocer.
A continuación, presentamos varias paradas obligatorias que condensan lo mejor de Roma. Cada una de ellas representa un aspecto esencial de la ciudad: su pasado imperial, su influencia religiosa, su legado artístico y su vida urbana. Tanto si es la primera vez como si se regresa para redescubrirla, esta guía llevará por los lugares que hacen de Roma una ciudad eterna.
El Coliseo

El Coliseo es, sin duda, el monumento más icónico de Roma y uno de los más impresionantes del mundo. Este anfiteatro, inaugurado en el año 80 d.C., podía albergar a más de 50.000 espectadores que acudían para ver combates de gladiadores, espectáculos de caza y recreaciones de batallas navales. Su estructura, aún en pie después de siglos, demuestra la genialidad de la ingeniería romana.
Caminar por el interior del Coliseo es adentrarse en la historia de Roma. Se pueden ver los restos del subsuelo, donde se encontraban las jaulas con animales y las zonas donde los gladiadores esperaban su turno. Las gradas, los pasadizos y las vistas desde la parte superior permiten imaginar el bullicio y la emoción de los espectáculos que allí se celebraban. Incluso parcialmente derruido, impone respeto y admiración. La visita suele combinarse con el cercano Foro Romano y el Palatino, ubicados justo al lado.
La Fontana di Trevi

La Fontana di Trevi es una de las fuentes más famosas y fotografiadas del mundo. Su estilo barroco y su impresionante escenografía hacen que parezca una obra de teatro tallada en piedra. Diseñada por Nicola Salvi y finalizada en 1762, representa a Neptuno dominando las aguas, rodeado de tritones y caballos marinos.
Más allá de su belleza artística, la Fontana di Trevi está rodeada de tradiciones. La más popular es lanzar una moneda al agua con la mano derecha por encima del hombro izquierdo, lo que supuestamente asegura el regreso a Roma. Cada día, miles de personas repiten este gesto, contribuyendo a una recaudación que se destina a fines sociales. Este acto simbólico añade un toque mágico a la experiencia.
El Vaticano y la Basílica de San Pedro

El Vaticano es el estado más pequeño del mundo, pero también uno de los más poderosos a nivel simbólico y espiritual. Sede del Papa y centro del catolicismo, alberga algunos de los monumentos y obras de arte más importantes de la humanidad. La Basílica de San Pedro, situada en la monumental plaza de San Pedro, es el templo cristiano más grande y majestuoso jamás construido.
Entrar a la basílica es una experiencia abrumadora. Su cúpula, diseñada por Miguel Ángel, domina el horizonte romano y ofrece una vista panorámica espectacular desde lo alto. En el interior, destacan la Piedad de Miguel Ángel, el baldaquino de Bernini y una decoración que mezcla fe, arte y arquitectura en perfecta armonía. Muy cerca se encuentran los Museos Vaticanos, que albergan una de las colecciones de arte más vastas del mundo. La visita culmina con la Capilla Sixtina, donde los frescos de Miguel Ángel en el techo y el Juicio Final dejan sin aliento.
El Panteón de Agripa

El Panteón de Agripa es una de las construcciones mejor conservadas de la antigua Roma. Este templo, dedicado originalmente a todos los dioses del panteón romano, tiene una cúpula que sigue siendo una maravilla de la ingeniería. Con más de 2.000 años de historia, su diseño sigue sorprendiendo a arquitectos e historiadores por la precisión con la que fue construido y su imponente presencia.
El elemento más impresionante del Panteón es su cúpula de hormigón, con un óculo central que permite la entrada de luz natural. Esta apertura no solo ilumina el interior, sino que también conecta simbólicamente el templo con el cielo. El efecto que produce al entrar es sobrecogedor: una mezcla de espiritualidad, ingenio y grandeza.
Plaza Navona

La Piazza Navona es una de las plazas más bellas y representativas de Roma, construida sobre el antiguo estadio de Domiciano. Su forma alargada recuerda su uso como espacio para competiciones atléticas en la época romana. Hoy en día, es un lugar donde el arte barroco y la vida urbana se encuentran en perfecta armonía.
El centro de la plaza lo ocupa la Fuente de los Cuatro Ríos, obra maestra de Bernini, que representa los grandes ríos de los cuatro continentes conocidos en la época: el Nilo, el Danubio, el Ganges y el Río de la Plata. A su alrededor, otras dos fuentes y la iglesia de Santa Inés en Agonía, diseñada por Borromini, completan un conjunto arquitectónico y artístico único.
Trastevere

El barrio de Trastevere es una de las zonas más auténticas y encantadoras de Roma, ubicándose al otro lado del río Tíber. Este barrio conserva el espíritu de una Roma más popular, bohemia y relajada, con calles empedradas, fachadas cubiertas de hiedra y multitud de plazas llenas de ambiente.
Trastevere está lleno de trattorias tradicionales, bares y tiendas artesanales. Se trata de un lugar perfecto para disfrutar de la gastronomía romana: desde una pasta alla carbonara hasta una pizza al taglio, todo sabe mejor entre sus callejones con historia. El ambiente es acogedor tanto de día como de noche, convirtiéndolo en una excelente opción para cenar o tomar algo lejos del bullicio turístico.
